Febrer (izquierda), junto a sus compañeros de reparto: Catalina Florit y Xavi Frau. | Llorenç Gris

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Tras cuatro intensos y exitosos años girando con la obra «A.K.A. (Also Known As)», Lluís Febrer decidió que era hora de parar. «Me hacía falta un respiro. El trabajo de actor es duro y a veces necesitamos descansos para pensar y reflexionar», confiesa. Pero ese periodo ha llegado a su fin después de un año en el que se ha dedicado, entre otras cosas, a escribir. El artista de Es Migjorn Gran volvió anoche a pisar las tablas en el Espai Tub Mar de Palma con «Els carnissers», la primera de las tres obras en las que actuará en poco menos de cuatro meses.

Y esa apretada agenda tiene que ver con su participación en el proyecto Literactua, una iniciativa surgida de la colaboración entre el Festival de la Paraula, que organiza Produccions de Ferro, y la Fundació Mallorca Literària. Proyecto que tiene como objetivo la promoción de la literatura y el teatro en catalán escrito en Balears mediante la creación de dramaturgias de obras de autores isleños.

Con Literactua, tras «Els carnissers», adaptación de la primera novela de Guillem Frontera a las órdenes de Miquel Mas Fiol, participará en «I la mort tindrà el seu domini», de Rosa Calafat, y «El dia que va morir David Bowie», de Sebastià Portell. En todas ellas compartirá protagonismo con Catalina Florit y Xavi Frau.

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Y después de tanto tiempo, ¿qué sensación tiene el actor al regresas a escena? Pocas horas antes del estreno, confesaba ayer que «unos nervios peculiares», y la razón es el particular método de Literactua, con obras que son llevadas a escena por un equipo de dramaturgia, dirección e intérpretes en un proceso creativo breve y experimental que no finaliza el día del estreno, sino que va creciendo función tras función. «Hemos montado la obra en ocho ensayos y todavía sigue en proceso. De alguna forma es una obra que no está terminada del todo, el público lo sabe y eso tal vez te relaja un poco», relata Febrer.

Miquel Mas Fiol adapta la novela de Frontera en clave de comedia ácida para ofrecer una «crítica mordaz a la burguesía surgida del boom turístico y a la falta de conciencia de una generación que, a pesar de haber crecido en la prosperidad económica, parece incapaz de haber construido un relato cultural propio», destacan desde Produccions de Ferro.

«La novela está escrita a finales de los 60, con 23 años, pero me parece que es muy actual, ha envejecido muy bien», opina Febrer sobre un texto que habla de «cómo la llegada del turismo creó una nueva clase social, la de gente trabajadora que de golpe comenzó a convertirse en empresaria para formar parte de en una clase alta como la de antes».

El menorquín interpreta varios papeles, pero el principal es el de Miquel, un porquer que invierte en el turismo, monta tiendas de souvenirs y acaba comprando la finca donde trabajaba. Un personaje clave en la obra de Frontera, quien falleció el pasado mes de diciembre y a quien Miquel Más Fiol quería homenajear en vida. «El autor estaba muy contento de que la obra se adaptara al teatro», relata Febrer, quien confía que tras su paso por Mallorca y Barcelona, el montaje también pueda recalar en su isla natal.

El apunte

«Más pronto que tarde, me gustaría poder levantar un texto mío»

El año de reflexión que se ha tomado le ha servido al menorquín, que actualmente reside en Mallorca, para mirar nuevos horizontes en su carrera. Confiesa que después de un tiempo en el que se ha dedicado a la escritura, dirigir también entra en sus planes. «Más pronto que tarde, me gustaría poder levantar un texto mío». Sobre su vuelta a los escenarios, metido otra vez en la rueda de pruebas para nuevos proyectos, reconoce que ha sido «un reencuentro con el oficio, un reenamoramiento».