Se trata de una pieza escrita, dirigida y protagonizada por Uri Callau, quien estuvo acompañado en el escenario por Núria Florensa. Se narra la historia de Lali, quien ha pasado a mejor vida. Familiares, amigos y conocidos se han reunido para darle un pacífico y último adiós, pero la aparición de dos personajes convertirá la ceremonia en un juicio descarnado donde se decidirá el destino del alma de la difunta. ¿Lo enviarán al cielo o al infierno?, es la pregunta que se plantea. Una decisión en la que el voto del público tiene mucho que decir.
«Entre el bé i el mal» ha llegado a Menorca de la mano del Festival Píndoles, una muestra que trabaja el mismo formato que el evento organizado por Ciutadella Antiga y con la que colaboran desde hace años. La obra en cuestión tuvo la peculiaridad de interpretarse en un espacio nuevo dentro de la gran galería de escenarios con los que viene trabajando el festival durante los últimos, el sótano de la Antigua Farmàcia Llabrés.
La pieza logró conquistar al público, que le otorgó una media algo superior a los nueve puntos. Por detrás, no muy lejos, quedó la pieza «Sísif», que cobró vida en Pati Sant Pau, junto al Carrer Castell Rupit. En este caso se trata de un texto firmado por Marga Arrom, que también se encargó de la dirección, con Neus Cortès yXavi Núñez en la interpretación. Una revisión del mito de Sísifo protagonizada por una pareja en clave de comedia.
Cabe destacar que, un año más, el festival ha vuelto a ser todo un éxito de público. Las entradas para las obras de adultos prácticamente se agotaron el mismo día que se pusieron a la venta y el cartel de ‘sold out’ se colgó el segundo día del festival con la venta en taquilla de las representaciones más familiares. En total, según informa desde la organización, se despacharon unas 3.300 entradas. En sus doce años de trayectoria, Teatre de Butxaca ha superado ya la cifra de las cien obras representadas.
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