Cuando todavía tenía en marcha su proyecto de música cantada en castellano bajo el nombre de Verne, el menorquín Aitor Castells decidió que había llegado el momento de «dar un golpe de timón y llevar mis canciones al inglés». Reconoce que creció escuchando música en la lengua de Shakespeare y cita bandas como The Cure, The Police, la Creedence o autores como Peter Gabriel o Bob Dylan. «A mí las canciones siempre me surgen en inglés y luego tengo que hacer la penosa tarea de traducirlas y llevarlas a un idioma que amo como el castellano», al que sí recurre, por ejemplo, para su vertiente más literaria, con sus libros de poesía y aforismos.
Fue entonces cuando en 2019 decidió prescindir de complejos lingüísticos y se embarcó, ya como Aitor Castells como firma, en la tarea de sacar provecho de su «cultura musical anglófona» y empezar a grabar, poco a poco, una colección que terminó con la composición de 120 temas.
Un material que ha repartido en una trilogía de la que ya publicó en 2022 su primera entrega («I»), registrada en pandemia. Hace un mes vio la luz la segunda («Dos») y está pendiente de que salga la tercera, cuyo primer single de adelanto se publicará en septiembre con la vista de que el álbum se lance en noviembre. Aunque este arrebato de creatividad del menorquín no queda ahí, porque ya tiene compuestas las canciones de una cuarta y quinta entrega, ya de cara a 2025.
Un antés y después
Pero volvamos a la actualidad. «Dos» es, según su responsable, su disco más «ambicioso hasta la fecha», y un proyecto que posiblemente marque un antes y después en la carrera del menorquín. En un panorama marcado por el streaming, «en el que el 90 por ciento del negocio musical está copado por el 10 por ciento de los artistas», Castells busca encontrar su propio camino a través de dos vías: el trabajo en torno a la promoción audiovisual y las redes sociales con la colaboración de otro artista, Iván Ordás.
«Trabajo codo con codo con él y tenemos un equipo creativo fantástico, entre los dos, con muy pocos medios sacamos adelante cantidad de cosas chulas que están comenzando a llamar la atención», explica. Una colaboración que está empezando a dar sus frutos: los seguidores en Instagram y las escuchas en Spotify van al alza. Las estadísticas que manejan reflejan cómo las canciones comienzan a sonar con cierta frecuencia lejos de Menorca, en Estados Unidos, Inglaterra, Canadá o Francia. «En las últimas semanas he concedido entrevistas para radios argentinas», reconoce el artista, que se siente «pletórico» después de muchos años en los que su carrera musical no fue una prioridad y ahora ha decidido «entregarme en cuerpo y alma… Estoy feliz», reconoce.
Entre la música y la escritura
Explica que «cuando me arrojo a la música desconecto muchísimo de la literatura. Lo que sucede es que una cosa regenera a la otra. Llego a la música porque me saturo de escribir y me vuelven las ganas de eso último cuando me canso de la música», relata el compositor, que destaca el hecho de que cuando hace una letra para una canción «me suelto más, me vuelvo más periodista, más radiográfico».
Hasta la fecha Castells ha sido un artista que ha vivido más en el estudio de grabación, como productor y creador, pero «el siguiente escalón es el directo», reconoce, algo de lo que es posible que tengamos noticias. Una carrera en la que lleva trabajando siempre con el mismo equipo: sus «almas gemelas».Estos son Kike Fuentes (guitarra), Marcelo Fuentes (bajo) y Javier Gómez (batería).
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