Le sobran tablas, pero confiesa que los nervios «me siguen agarrando» antes de comenzar un concierto, especialmente con su proyecto más personal, el que esta tarde (20.30 horas) llevará al escenario del Teatre del Casino 17 de Gener en la inauguración de la edición número 26 del Menorca Jazz Festival. «En cada concierto no sabes qué va a pasar, y el hecho de sentir nerviosismo creo que es una buena señal. El día que eso no ocurra me voy a preocupar, porque ello significará que no me importa tanto lo que hago».
Datzira llega por primera vez a la Isla para presentar su debut discográfico en solitario. Un trabajo que lleva por título «Des de la cuina» y que prácticamente ha cocinado en la intimidad. «Lo grabé prácticamente sola en casa, con un micro. Fue una experiencia totalmente distinta y durante el proceso aprendí muchísimas cosas», reconoce la artista, que no esconde que «también fue duro» porque está acostumbrada a «estar rodeada de otros músicos».
Y es que a lo largo de su carrera ha formado parte de colectivos tan conocidos como la Sant Andreu Jazz Band y participado en espectáculos como «la Màgia de la veu», junto a otras jóvenes estrellas como Andrea Motis, Rita Payés o Eva Fernández. Una formación que abandonó ya hace años, pero que ha dejado un sello imborrable. «Fue un aprendizaje muy lindo, básicamente representa mi infancia y adolescencia; crecer junto a otros músicos y personas que estaban evolucionando a la misma velocidad fue muy enriquecedor».
De aquella época guarda un especial recuerdo por convivir con gente «con la que compartes escenarios, ensayos, viajes, charlas... Cosas que a veces son más importantes incluso que la música», reconoce. Etapa clave en su vida que posteriormente complementó con formación en el Liceu, la Esmuc y el Conservatorio de Amsterdam. Fue en 2020 cuando Datzira comenzó a orientar su carrera con un proyecto más personal.
Así ha ido tomando forma un sello propio en el que el jazz tiene presencia, pero en el que afloran influencias de lo más diversas, y que abarcan del funk al pop electrónico, pasando por la música más mediterránea y experimentando en ocasiones con ritmos más urbanos.
«Vengo del jazz, es mi background, mi zona de confort», reconoce, «es un lugar en el que sé cómo pasan las cosas y cómo moverme con ese lenguaje». Añade, no obstante, que la música que hace en la actualidad no es estrictamente jazz, «aunque se ve claramente que vengo de él, sobre todo en la manera en la que enfoco el directo, siempre hay una puerta abierta a lo que pueda pasar, a que cada concierto sea distinto». En resumen, confiesa Magalí Datzira que para ella «el jazz es un estilo de vida, es una manera de entender la música, y en él caben muchos géneros y muchas cosas distintas».
Al Menorca Jazz Festival llega acompañada por Vernat Tortajada (guitarra), Iscle Datzira (saxo) y Enric Fuster (batería) para presentar un repertorio en el que no solo conviven diferentes géneros musicales sino también composiciones en varias lenguas. «Me encantan los idiomas», reconoce la contrabajista, que se siente, por otra parte, «afortunada» de poder ganarse la vida con su música. Datzira recala en la Isla de la mano del programa Artistas en Ruta, una iniciativa para potenciar la música en directo y acercar los nuevos talentos al público. Zaragoza y Madrid serán sus próximos destinos.
El apunte
El festival arranca con un programa de talleres escolares impartidos por el músico Momi Maiga
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