El poeta menorquín en una imagen de archivo

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Tras poner un punto y aparte a su carrera en la música en 2015 con la edición del disco «Paisatge nu» (2015), el menorquín David Vidal (Es Migjorn Gran, 1974) ha decido volcar todo su arte en el mundo de la poesía. Un campo en el que recientemente ha conseguido una nueva recompensa tras imponerse en la edición número XX del Premi Agustí Bartra de Poesía, que organiza el Ayuntamiento de Terrassa y la entidad local Amics de les Arts i Joventuts Musicals.

El autor se desplazó la pasada semana a la localidad catalana para recoger el galardón obtenido gracias a una obra que lleva por título «Els solcs de la veu». Un poemario que, como parte del premio, llegará a las librerías la próxima primavera de la mano de Pagès Editors. La ceremonia de entrega estuvo enmarcada en la Festa de les Lletres, contó con el periodista Xavi Corall como presentador y el premio lo recogió de manos de la actriz Rosa Boladeras.

Se trata del tercer reconocimiento que el menorquín consigue en su faceta como escritor, después de que sus obras «Paraula umbilical» y «Gola de fang» se alzaran, respectivamente, con el XXVII Premi Jacint Verdaguer de Poesia y el XII Premi Jordi Pamiàs de Poesia. Sobre el trabajo en cuestión, el autor explica que «es un libro de poemas que está en la tesitura de los dos anteriores, en el sentido de que continúa latiendo una pasión por el lenguaje, por el silencio, por la naturaleza...».

Vidal figura entre quienes defienden que la poesía es para leerla más que para explicarla. Comparte con Paul Valéry ese planteamiento de que la poesía desaparece en el momento en que se formulan preguntas sobre qué quiere decir. No obstante, el menorquín avanza que su nuevo trabajo «es un libro con cierto aire meditativo y donde se reflexiona, a su vez, alrededor de la palabra poética».

Sobre lo que supone recibir el ‘Agustí Bartra', asegura que lo más importante es que abre el camino para que el trabajo llegue a manos de los lectores. En ese sentido, reconoce que «Els solcs de la veu» es el resultado de cerca cuatro años de trabajo en los que ha ido recopilando composiciones que finalmente ha reunido bajo un hilo conductor común.

Por otra parte, el autor se siente halagado porque el hecho de que el premio le ha sido concedido por un jurado integrado por autores a los que respeta mucho. Entre ellos cita de una forma especial a  Jaume Aulet y Antoni Clapés,  «con cuya poesía me siento identificado y atraído». También formaron parte del equipo calificador Joan Manuel Homar, Àngels Marzo y Cèlia Sànchez-Mústich.