Historias de hombres con la mujer de fondo

«Un montaje confesional, en el que un grupo de hombres atraviesan los paisajes donde alguna vez fueron más o menos felices. Retazos de sueños e historias inundan el lugar y los cuerpos relatan fragmentos de sus vidas», avanzan sobre la obra. Esa es la esencia de un proyecto que sirve para plantearse cuestiones como lo que significa ser hombre hoy día. En realidad, la propuesta artística nace con la idea inicial, relata Izquierdo, de generar una «mirada al feminismo desde el punto de vista masculino».

Así, el dramaturgo decidió juntarse con un grupo de hombres para compartir un espacio «donde poder expresarnos como tal y escucharnos». Y en referencia a esas preguntas que buscan, se plantearon «ver en qué andamos, qué pensamos, cuál es nuestra reflexión sobre el contexto actual, no desde un punto de vista didáctico o discursivo, sin la necesidad de tener que decir nada revelador, sino contarnos nuestra historia, recuerdos, sueños; ver qué de todo aquello sigue hoy vivo y nos hace ser quienes somos», apunta el dramaturgo. Este confiesa que «nos parecía que no estábamos preparados o cualificados para hablar sobre feminismo. Nos parecía más honesto ser lo más sinceros que pudiéramos con ‘esto' que somos hoy».

Hombres sobre el escenario pero con la mujer también como protagonista, explica el director, porque «ella también forma parte de lo que somos, son parte fundamental de esa construcción. Ellas también son las principales generadoras de uno de los movimientos políticos y sociales más importantes de nuestra época. Son ellas las que han hecho que estemos aquí hablando de esto». Y de ello se encargan sobre el escenario un elenco integrado por Dante Herrera, Fabrice Mennel, Esteve Puertas e Iñaki Jovellar. Un grupo de hombres de diferentes generaciones y lugares que se juntan a conversar.