Este mes de septiembre, la artista menorquina Verónica Arellano ha cambiado su estudio habitual por otro en el Claustre del Museu de Menorca. Ese es el espacio elegido para seguir avanzando en un proyecto bautizado como «Mujeres con muchos huevos». Título en el que aprovechando el material utilizado, las hueveras de cartón en las que se comercializan el producto, tira de ironía con el propósito de visibilizar a esas mujeres «que han tenido el coraje de tomar partido en sus vidas y en contra de lo que se esperaba de ellas, han luchado para caminar siguiendo su propio instinto», explica la creadora.
Tras su representación de Frida Kalho, que ya mostró en el festival balear Pronóstica y en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona; y de Mary Stevenson Cassatt, que además de por la Ciudad Condal pasó también por un festival en la cuidad norteamericana de Pittsburgh, ahora está dando forma a la figura Ruan Lingyu. Estamos hablando en este caso de una actriz china famosa por sus roles en el cine mudo y reconocida como una de las más prominentes estrellas del séptimo arte chino durante la década de 1930, convirtiéndose en un icono atemporal del cine tras su suicidio a la edad de 24 años.
Viaje a China
Arellano participará en la exposición de Drap Art, comisariada por Tanja Grass y organizada por la Biblioteca Miguel de Cervantes, como parte de una muestra del arte sostenible en España e Hispanoamérica, dentro de la feria Internacional de arte WestBund Art and Desing , que se desarrollará entre los días 9 y 12 de noviembre en Shanghái, una cita a la que acude con las obras tituladas «En tu salsa y «Metanoia II». A partir de enero, la exposición se mostrará en la biblioteca Miguel de Cervantes de la ciudad china con la incorporación de la pieza en la que está trabajando actualmente la artista.
Sobre «Mujeres con muchos huevos», Arellano relata que es un proyecto cuya historia se remonta años atrás, cuando cursaba el doctorado en pintura en la era digital. En esencia, lo que está haciendo, relata, «es dar la vuelta a la tortilla» tratando un concepto digital, el del pixel, a través de una metodología totalmente analógica y manual. Un trabajo complicado, por las grandes dimensiones del mismo y por el hecho de que el soporte es tridimensional y está configurado de una forma fractal.
La serie estaba acotada inicialmente a un número determinado de mujeres que con el tiempo va creciendo. La idea de Arellano es que una vez que cuente con las piezas suficientes montar una exposición. Una colección en la que nos encontramos con una temática recurrente en la trayectoria de la creadora, el concepto de la huella «como motor que busca reflejar actitudes del ser humano». Piezas en la que la artista multidicisplinar al frente del Centro Internacional de Arte y Grabado Xalubinia acostumbra a invitar a la reflexión y a la autocrítica de una forma poética y metafórica pero con un tono irónico y en muchas ocasiones también reivindicativo.
1 comentario
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Mejor seria con muchas hueveras.😉😉