Si la agenda cultural del verano menorquín ya es apretada de por sí, lo del pasado sábado fue de récord con la coincidencia de cuatro potentes eventos. A la segunda sesión de «La novena de Beethoven» en el Principal de Maó tras su estreno en Lithica, la primera edición del Festribut en Es Castell y el concierto homenaje a Coldplay de la Banda des Migjorn Gran en un evento en el que también actuó The Binigaus Band, también se sumó en Es Mercadal un concierto para comenzar a calentar motores de cara a las fiestas de Sant Martí.
La fiesta, organizada por el Ayuntamiento, el CE Mercadal Ràdio Far, estuvo protagonizada por artistas locales con el principal reclamo de Rudymentari, uno de los músicos con más proyección fuera de las fronteras de la Isla, quien volvió a demostrar su capacidad de convocatoria. El proyecto de música reggae con aires menorquines de Guillem Llorens aprovechó para presentar en directo las canciones de su segundo álbum, titulado «Rissaga», un trabajo con letras que ofrecen un espacio de reflexión sobre los efectos de la globalización.
El ritmo jamaicano fue el gran protagonista de una velada en la que también hubo espacio para el rock progresivo. Y ello fue posible gracias a la reaparición en escena de una antigua banda menorquina, Hummus. Un proyecto que mira a los 70 y que cuenta entre sus filas con Sergi Cleofe (voz), Borja Moll (flauta travesera y teclados), Pedro Gelabert (bajo y coros), Pere Gelabert (batería), Damià Gelabert (teclados) y Pacífic Camps (guitarra).
Abordaron una selección de piezas de bandas como Deep Purple, Jimi Hendrix, Jethro Tull, King Crimson o Genesis.El contrapunto a una intensa noche de música que acabó con el ritmo a los platos de DJ Cash.
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