La artista italiana afincada en Menorca expone actualmente en el Llatzeret «The perfect place», una muestra en forma de instalación que invita al visitante a reencontrarse con el equilibrio
Elementos como la piedra y la tela tarlatana se funden en la propuesta de la italiana | A.Z.
El catálogo de proyectos artísticos que son fruto de la pandemia parece inagotable. Pasa el tiempo y todavía seguimos viendo cómo la semilla que se plantó en aquella oscura época florece ahora en forma de nuevas representaciones. Eso es lo que ocurre con «The perfect place», una propuesta de Antonella Zorzi que durante estos días se exhibe en la zona interior del Llatzeret. «Es un edificio histórico increíble que ofrece un valor añadido a la exposición o a cualquier cosa que se exponga ahí», argumenta la italiana, que habita en Menorca desde hace años y es una de las residentes del estudio artístico Barbar de Maó.
Mosaiquista de profesión, en «The perfect place» se abre a la utilización de nuevos materiales para dar forma a su instalación. Además de la piedra, tiene un especial protagonismo un tejido como la tarlatana en crudo, «un material que ofrece transparencias, su color proporciona calma y alude a lo primario. Esta es opacada en mayor o menor medida con ‘centros' intervenidos, susceptibles de representar espacios internos de contacto consciente», explica Zorzi.
Una argumentación que tiene que ver con la esencia de la que brota el proyecto, que rememora «surge como necesidad de establecer un espacio interno de conexión consciente, desde el que reevaluar y afrontar nuestra relación con el exterior. Presento un recorrido instalativo a través de varias piezas de tarlatana, con transversalidades entre la costura y el mosaico», resume.
Y en el edificio del islote del puerto de Maó Zorzi ha encontrado ese lugar perfecto al que alude el nombre de la exposición, después de barajar otras opciones, para cerrar el círculo de un proyecto que estaba destino a convertirse en una instalación. La italiana buscaba sobre todo un entorno en el que el público pudiera ser partícipe de la propuesta a través de una experiencia inmersiva: «Participar en el sentido de que se puede entrar y así poder obtener un feedback por parte de la gente», explica.
Un proyecto becado
El colofón a una iniciativa que resultó ganadora de la beca de ayudas para artes visuales en producción artística del Consell insular y que se traslada ahora al público con la intención de que «la obra respire en el espacio». Un reto, continúa, que ha consistido principalmente «en dar forma a una idea que no la tiene». Zorzi ahonda en ese sentido aludiendo a esa anhelo de buscar ese lugar perfecto «dentro de cada uno de nosotros donde encontrarnos con nuestra verdad y conectar con ella, donde crear un diálogo interno con nosotros mismos».
Un planteamiento que conecta con la pandemia de la que es fruto, una época, recalca, «en que la gente estaba muy distraída por todo lo que estaba pasando fuera, y muy desesperada también. El virus estaba por todas partes y parecía que no había un lugar a salvo en el mundo». Con ese panorama como escenario, Zorzi ideó esta proposición como «una flecha indicadora» hacia ese lugar en el que propone reencontrase con uno mismo «y volver a conectar con el equilibrio».
Una exposición, efímera pero intensa en la que conviven piedras y telas, que para su inauguración contó con una intervención del escritor Sergi Torres para profundizar en la necesidad de encontrar ese lugar perfecto que e invita a recuperar el rumbo.
«The perfect place» estará en la isla del Llatzeret hasta este jueves 6 de julio. Es necesario apuntarse a la visita guiada del recinto.
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