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Nací el 4 de enero de 1969 en Maó. Hace más de 30 años que trabajo en el Club Marítimo de Mahón l Soy monitor de piragüismo y ahora estoy en la gasolinera para yates. El próximo sábado día 5, a las 20 horas, presentaré un ‘show' propio y original en el Orfeó Maonès.

Sin antecedentes familiares en el mundo del espectáculo, el menorquín Julio de Juan reconoce tener una cierta facilidad para crear sketches y gags. De hecho, dos décadas atrás ya hizo sus pinitos en escenarios de la Isla y de Barcelona. Este sábado, a las 20 horas presenta su nuevo espectáculo en el Teatre Orfeó Maonés.

¿Cuando empezó a actuar sobre el escenario?

—Hace muchos años, unos 20 más o menos, ya había llenado el Teatre Principal de Maó con mis espectáculos de humor. Como afición se me ocurrían cosas, hice un espectáculo, fue muy bien, después hice otro. También he actuado en el Salón de Es Castell, algunas veces me llamaron del Cafè Teatre Llantiol, también del Cómico Cómico de Barcelona.

Pero hace años que no interpreta ningún espectáculo.

—Después me olvidé un poco del asunto y para mí siempre me decía de hacer un día algún espectáculo, siempre lo tenía en la cabeza, pero nada en concreto. En el 2018 hicimos una trobada de antiguos alumnos del Joan Ramis i Ramis. Se me ocurrió hacer un concierto de Queen con cuatro amigos, cuando yo no había cantado en mi vida.

¿Y por qué ahora vuelve con esta propuesta?

—Cuando nos confinaron a todos en casa por la pandemia fue cuando se me ocurrió una idea, además de otras que ya tenía en la cabeza, cuando elaboré el show que finalmente presentaré este sábado. Cuando pasó el confinamiento, había que llevar mascarilla en los teatros, y pensé en esperar hasta ahora, cuando la gente está mejor y va a un teatro sin miedo.

¿Qué es lo que le ha motivado a llevarlo adelante?

—Un día vino a la gasolinera un productor de Madrid, que veranea en la Isla, porque le habían dicho que yo hacía sketches y gags, cuando todo el mundo hace monólogos. Me comentó que me grabara en una pared blanca en mi casa, pero le dije que mejor haría un show y que viniera a verme, y este sábado vendrá. Eso fue lo que me incitó a hacer el espectáculo antes, porque cada año decía de hacerlo, pero nunca lo hacía.

¿Qué podrán ver los espectadores en el Orfeó Maonés?

—Consiste en 42 números, de sketches y gags, en plan Martes y Trece y El Tricicle, de ese estilo, de hecho son mis referentes, me gusta el humor inteligente. Son sketches uno detrás de otro, es muy dinámico. Hago imitaciones, canciones menorquinas a las que cambio la letra, etc.

¿Qué ha sido lo más complicado?

—El atrezzo, cada número tiene su cosita, su bolígrafo, su maletita. Y otra cosa muy difícil ha sido la coordinación, pasar el show de mi cabeza a la cabeza del técnico de luces y sonido, lo tiene que tener muy claro, porque en cada momento hay un golpe de luz, el momento preciso de cada canción, no antes ni después, etc.    hay muchas cosas.

Ahora la mayoría hacen monólogos.

—Exacto, y es lo que yo no quiero hacer. Lo mío es un tipo de humor que en España se ha perdido mucho,    quiero hacer una cosa diferente a los monólogos. Hago cosas cotidianas que la gente se sentirá muy identificada.

¿El espectáculo es inédito?

—Solo repito dos sketches que ya hice en su momento y todo lo demás es nuevo, cosas que se me han ido ocurriendo. Lo complicado es luego engancharlo todo en un espectáculo de casi una hora y media.