Tras pasar por Fornells, Ciutadella y Alaior, este viernes la actuación será en la iglesia de Santa Maria de Maó a las 21.30 horas y el tour se cerrará el sábado en la iglesia de El Rosari de Es Castell a la misma hora.
¿Cómo nace la idea de esta gira?
— Mi idea es acercar al público los colores del instrumento, una guitarra que está llena de tonos universales, de países muy exóticos en los que he estado tocando, tanto en el mundo de la música clásica, como del jazz y la world music. Me crié en Girona y, por lo tanto, también soy mediterráneo, aunque haya estado viviendo durante muchos años en otros países. El Mediterráneo siempre lo llevas anclado en tu alma.
¿Por qué se eligen las iglesias como escenario?
—La iglesia es un lugar muy solemne, un espacio muy interesante, ya que generalmente está construido con bóvedas grandes y eso produce una reverberación en las notas. Ello permite jugar con el ambiente del lugar. Me gusta dar espacio a las notas y meditar en ellas. La guitarra es un instrumento increíble en estos espacios, aunque en algunos sitios puede representar un reto, pero eso me gusta.
Se genera un ambiente especial, de recogimiento.
—Muy especial. Vas mucho a la profundidad de las ideas que planteas. Es realmente interesante, sobre todo para alguien como yo, que improviso bastante.
¿Es la improvisación uno de sus grandes sellos?
—Sí. Me gusta seguir la vieja usanza de los grandes músicos clásicos y también algunos contemporáneos. Tienes que conocer dónde está ubicado el tema a nivel armónico y crear a partir de ahí. El viaje empieza donde el conocimiento ha hecho su trabajo. Comienzas a crear un espacio y un lugar. Luego, la gente un poco se olvida de lo que está viendo, que es un instrumento de seis cuerdas, y la música empieza a entrar en el espacio, en un mundo de sensibilidad, de sentimientos y de belleza pura.
¿Es la guitarra el instrumento que mejor representa España?
—La guitarra española está muy respetada a nivel internacional. Es un instrumento que ha sido un estandarte para los músicos españoles. El estilo de la cultura de aquí, y en especial el flamenco, ha elevado el listón ha colocado la guitarra a otro nivel.
Su música no tiene letra, pero sí un mensaje. ¿Qué pretende transmitir?
—Apuesto mucho por la universalidad humana, por bajar las barreras y empezar a usar las banderas a nivel folclórico, no para separarnos. Apuesto por que se bajen todas las fronteras del mundo y que vivamos para ayudarnos, compartir conocimiento y dedicarnos a invertir en la paz y el bienestar de la humanidad. Hay que dialogar y enterrar las armas de guerra.
La música al servicio de la paz.
—Mi música es una invitación al diálogo, a la armonía y al amor de las personas. El mundo no es una competición, es una colaboración.
¿Qué supone la guitarra en su vida?
—Todo. Mi compañera, mi salvación; me ha ayudado a conocer a otras personas, también amores. En mis momentos más difíciles me ha ayudado y me ha abierto el universo delante de mí. Ha reído y también llorado conmigo. Es complicado explicarlo con palabras.
En definitiva, una buena compañera de viaje.
—Sí, desde que era niño. Y luego lo que tiene es que es muy fácil de transportar, te la echas al hombro y la llevas. Cuando voy a la playa, me siento con ella debajo de una sombrilla, viendo las olas, y me vienen ideas que grabo como apuntes para mis discos.
El apunte
El dúo actúa este jueves en Alaior, el viernes en Maó y cierra la gira el sábado en Es Castell
2 comentarios
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Qué buenos mensajes! Voy a organizarme para ir a escucharlo.
Un gran guitarrista lleno de arte.!!