«Ha sido un embarazo de elefante, pues el proyecto empezó en 2016, aunque el parto ha durado cerca de nueve meses, pues antes del confinamiento la biografía estaba lista para salir. El otoño pasado, con el libro ya casi terminado, nos encontramos por sorpresa con una maleta extraviada repleta de cartas de Aina Moll y de su padre que, si bien retrasó la entrega, enriqueció la biografía con detalles en primera persona», cuenta Arnau, quien avanza que está pendiente de cerrar algunas presentaciones de la biografía en Palma, pero también en los Països Catalans.
Quien piense en un libro sobre la vida (no corta, pues falleció con 88 años) y trayectoria de Aina Moll, puede suponer que se trata de un volumen pesado y extenso. Sin embargo, Arnau consigue relatar con un lenguaje ameno y accesible, aun lleno de detalles sobre la hija mayor de los ocho hijos de Borja Moll y Francisca Marquès, una condición que marcaría su carácter, que Arnau define como «muy familiar, sociable, muy exigente y con seguridad en sí misma».
Ya en el título del volumen, Arnau destaca dos hechos muy relevantes: que fue filóloga pionera y una activista comprometida con la normalización del catalán. «Aina Moll es un referente muy importante, fue la primera filóloga en salir al extranjero para formarse, la única mujer que colaboró en el Diccionari Alcover-Moll y que incluso redactó algunas partes de los dos últimos volúmenes, también fue la primera catedrática de francés de las Balears y, como pedagoga, escribió 13 libros de enseñanza del francés y fue la primera directora general de Política Lingüística de la Generalitat de Catalunya, que serviría de referencia para impulsar la ley de política lingüística en Balears y el País Valencià», apunta Arnau que, por todas estas razones, consideraba «necesaria» la publicación y divulgación de una «biografía». Aismismo, Arnau avanza que prepara una biografía más extensa sobre ella para Documenta Balear, «aunque no verá la luz antes de 2025».
Respecto a los detalles que más han sorprendido a Arnau, la investigadora apunta a la «doble visión» que tienen de ella sus alumnas, que la definían como «una profesora modelo», aunque también hay una parte que destaca su alto nivel de «exigencia». Entre sus alumnas figuran Carme Riera y Maria-Antònia Oliver. «Riera decidió escribir en catalán influenciada por Moll y a Oliver la animó a terminar el bachillerato», señala.
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