Aunque pudiera parecer que Menorca se fue de vacío en la segunda edición de los Premis de la Música Balear que organiza la revista «Enderrock», en realidad no fue así. En la categoría de mejor disco de música folk, el triunfo fue para Posidònia, una banda de música de raíz de la que forma parte el percusionista menorquín Moisés Pelegrí.
Un triunfo el recogido el pasado 28 de noviembre en el Teatre Xec Forteza que ha cogido un poco por sorpresa a un grupo que también cuenta con el liderazgo de músicos baleares como Marta Elka (voz y violín) y Toni Pastor (laúd). «Nos ha alegrado mucho, no nos lo esperábamos por el hecho de ser un disco de villancicos. Nos anima a seguir nuestro trabajo con más ímpetu si cabe», confesaba esta semana Pelegrí.
Esta hablando de «Sonen les campanes¡», un trabajo cuyos orígenes hay que buscarlos en el proyecto educativo y participativo que pusieron en marcha hace un tiempo de la mano del programa del Govern «Viu la cultura», que entre otras cosas pretende acercar la música a las escuelas. La iniciativa de intentar compartir la Navidad a través de los villancicos acabó convirtiéndose en un disco (el segundo de su trayectoria) que, si bien vio la luz a finales del pasado diciembre, se ha esperado a la Navidad de 2019 para su gran lanzamiento. El programa educativo, que ya pasó hace dos años por el Teatre Principal de Maó, regresó esta semana a ese mismo escenario con una propuesta de la que pudieron disfrutar de 600 alumnos.
Es Posdidònia un proyecto nacido hace algo más de tres años que tiene como punto de partida la música popular de Balears. Cuando se le pregunta a Pelegrí sobre el momento en el que se encuentran actualmente, responde que «la banda está en activo y con la misma ilusión del primer día. Pero nos gustaría realizar más actuaciones, evidentemente». Y es que a pesar de haber pasado por todas las Islas con el proyecto «Viu la Cultura», Mallorca es la única de ellas en la que han actuado con el proyecto original de Posidònia, que por contra si les ha llevado a sonar en Le Rocher de Palmer en Burdeos, el centro musical de referencia del sur de Francia. Que la propuesta que realizan llegue con más fuerza al resto de las Islas es la asignatura pendiente, confiesa el percusionista menorquín.
Respecto al mundo de la música folk balear en concreto, reflexiona: «Somos conscientes que no es una música de masas, pero siempre hay un interés por ella. Tenemos claro y defendemos que ésta es nuestra música y que es única en el mundo. Vemos cómo van surgiendo nuevas propuestas y esto es bueno porque quiere decir que sigue viva y puede evolucionar».
Reconoce el músico que los premios de hoy en día, como el que acaban de recibir, no suponen el mismo impulso que hace años, pero sí ayudan a dar a conocer el proyecto y «dan satisfacción», asegura Pelegrí, quien cabe recordar que el año pasado también se llevó otro premio Enderrock por su participación en el disco «25 anys... en un sospir», de Xaloc Música.
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