Así, Orfila dio la bienvenida a los recién incorporados, pero también reconoció la labor llevada a cabo por quienes han dejado sus cargos, con especial mención al Dr. Cuadrado, «cuya semilla sembrada en sus cursos de fotografía ha conseguido que sus alumnos hayan reavivado el Fotoclub Ateneu, con un inicio de actividades excepcional», recalcó la presidenta durante su intervención.
Continuidad y renovación fueron dos palabras clave en el discurso de Orfila, conceptos que a su juicio «deben aplicarse a toda nuestra querida institución, pese a algunas críticas que surgen de quienes no conocen realmente el Ateneu». Una entidad forjada, explicó, con la suma del voluntariado de los miembros de la junta y el apoyo de los socios, que ya han rebasado la barrera de los 900, y que este año también ha sufrido una renovación física en su sede, tanto interior como exterior.
Y hablando de continuidad, el Ateneu retomó ayer el ciclo de conferencias que, dentro de las actividades de apoyo a la candidatura de Patrimonio de la Humanidad de la Cultura Talayótica Menorquina, se está llevando a cabo. «Un reto para la isla», aseguró, además de «una oportunidad única de reconocimiento hacia nuestros antepasados y sus obras, incorporadas en el paisaje, presentes hoy en día con casi dos millares de restos plagando el paisaje isleño».
Eudald Carbonell
El ciclo, iniciado el curso pasado con la colaboración del Consell, consiste en la presentación de toda una serie de sitios que ya son Patrimonio de la Humanidad, con conferencias que llegarán hasta el mes de abril de 2017. Este viernes fue el turno de Eudald Carbonell, quien visitó la centenaria entidad cultural para explicar el caso de los yacimientos de la sierra de Atapuerca, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000.
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