Rendidos al Cosplay. Pelucas, camisetas, máscaras y armaduras fueron los grandes protagonistas de la feria JapÓN. El concurso de disfraces, conocido como Cosplay, dejó ver a héroes y protagonistas de la series japonesas más famosas | Josep Bagur Gomila

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La pasión por la cultura japonesa ha encontrado en la feria JapÓN su epicentro en la Isla. Este domingo se celebró la cuarta edición de un certamen que no para de crecer y que rozó los mil visitantes, superando la cifra de setecientos del año pasado.

El Recinto Ferial de Es Mercadal se convirtió en una pasarela por donde desfilaban los personajes de manga y cómic más conocidos del momento, y también protagonistas de películas de culto como los de la saga Star Wars.

Algunos se disfrazaron para ambientar la feria, otros aprovechando la oportunidad de convertirse en aquel personaje que tanto adoran y unos cuantos lo hicieron también para participar en el concurso de Cosplay (disfraces). El ganador en categoría individual fue Raúl Arcos y su vestido de Ironman, mientras que en la categoría grupal el premio fue para un grupo de chicas de Mallorca, que habían venido expresamente para la ocasión, y que se transformaron en personajes de Owari no Seraph, una serie de manga ambientada en un mundo donde un virus ha devastado a la mayor parte de la población mundial, dejando solo vivos a los niños menores de trece años.

De hecho, detrás del personaje de Agunimon se escondía uno de los colaboradores y organizadores del evento, Jansu Soria. Su disfraz lo encargó a una cosmaker de Mallorca, quien tardó cerca de dos meses en hacerlo. El malo de la serie Pokémon, conocido como Team Magma, también paseaba por el Recinto Firal.

Otro de los atractivos de la cita, como no podía ser de otra manera, fueron los videojuegos. Había un nutrido surtido de consolas, desde las más antiguas como máquinas recreativas, la Mega drive, nintendo 64 o Supernintendo hasta la PlayStation4 y la wii, donde los asistentes demostraban sus habilidades bailando al ritmo de la música. Allí se podía hacer un recorrido por la historia de los videouegos, recordando a los clásicos como el Street Fighter hasta las últimas novedades del mercado pasando por el Bomberman, del que también se hizo un concurso.

Además, de proyecciones de película y demostraciones de Judo y Aikido, la implicación de quince empresas y entidades, algunas procedentes de la Península y otras Islas, permitió ofrecer un amplio abanico de los que es la cultura nipona. Un espacio para la lectura, reiki, productos tecnológicos, videojuegos de segunda mano, pósters, carteles y accesorios, juegos de mesa y gastronomía.

Una de las novedades de esta edición fue la posibilidad de imprimir en 3D. Los organizadores ya piensan en la próxima edición. «Es un gustazo que la gente se interese por la feria», sostienen.