«Durant segles sempre s'ha parlat del criminals i sanguinaris que eren els turcs, però dels menorquins que es van endur, només van tornar els rics». A partir d'aquesta afirmació, l'historiador Josep Pellicer reflecteix a «El metge de l'ambaixador» com vivien a Turquia els quatre mil menorquins que no van tornar. I té una explicació. «Allà s'hi vivia més bé».
La vida de quatre mil menorquins a Turquia
L'historiador Josep Pellicer presenta «El metge de l'ambaixador», demà, al Cercle Artístic de Ciutadella
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Despoblada la isla a raiz de la reconquista por la expulsión o esclavitud de los sarracenos, que la poblaban y distribuída la propiedad entre los nobles y hombres de armas que acompañaron a Alfonso III, los primeros debieron instalarse en Ciutadella, dando el cultivo de la propiedad a otros y los segundos en el campo, cultivándolo por sí mismos, dando origen a dos categorías campesinas y de ahí que figuraran dos labradores payeses en las juntas de fábrica y un solo representante por los menestrales, tal como aparece en el “Pariatge” o arreglo parroquial de 19 de Marzo de 1330 que concede una capellanía a la iglesia de San Juan de Monastrell o D' Artruig, con obligación de decir misa en la Capilla de Corniola, cuyo terreno había donado Alfonso III en 1 de Marzo de 1287 a los frailes Mercenarios. LAS FIESTAS DE SAN JUAN EN CIUDADELA por Jaime Vidal Villalonga
No podían volver a una ciudad destruida y abandonada
Felicitacions al senyor Pellicer per aquest interessant treball d’investigació que ha duit a terme i que ens permet conèixer aspectes, fins ara no analitzats de forma tan directe, sobre la vida dels captius a Turquia.
Molt interessant. S'haurà de llegir.