Blanca Gotari y Rafael Rudolfo, con sus obras | P.F.M.

TW
0

A veces no sabes de quién te puede surgir la propuesta más interesante. Rafael Rodulfo y Blanca Gortari exponen, conjuntamente por primera vez, gracias a la intervención de unos amigos. En la primera planta de la Galería Artara, en ese espacio que la casa antigua ofrece, nos hallamos ante una exposición que es una explosión de color. Por un lado, los lienzos de Rodulfo, acompañados armoniosamente por los troncos pintados, cuales tótems, de Gortari. La mezcla funciona, sus obras dialogan. Hasta los mismos artistas están sorprendidos del resultado.

La obra de Rodulfo nos enseña todo el saber acumulado. Logras ver a otros artistas que afloran, fruto de la vida, de la experiencia. Se asoman como pequeños destellos. Pude reconocer a Matisse, a Picasso, pero con la impronta clara del artista, a quien Cuba marcó con su son. La música está presente en su obra, a modo de pentagrama, de instrumentos. El tempo. Me cuentan que Rafael es un gran dibujante, que hizo su incursión en el mundo de la publicidad, y algo de ello queda en alguno de sus cuadros, dignos del mejor cartel para un festival de cante jondo. Su obra rezuma análisis, composición. Nada es gratuito y todo surge de la reflexión, y es su propia evolución, desde unos inicios realistas que deambulan hacia un camino que explora los aspectos más formales de la pintura.

Los troncos de Gortari son un volver a utilizar aquello que la naturaleza, o el ser humano, ha desechado. Entiende el arte como una manera de intentar mejorar el mundo y qué mejor manera que reutilizar. El tronco, una vez lo ha preparado, le sirve de lienzo. La exposición se podrá visitar en la Galería Artara hasta el día 16.