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La biblioteca personal de Marc Campins Morro es más bien reducida, "entre 700 y 900 libros, no alcanza los mil títulos", pero selecta, de gran peso literario, a tenor de los autores y obras que menciona a lo largo de nuestra conversación de casi dos horas. Inició su biblioteca siendo estudiante universitario, hacia 1985, y en la actualidad cuenta con medio centenar de diccionarios. ¿Por qué y para qué tan elevado número de diccionarios? La explicación es bien sencilla: "En contra de la opinión generalizada tan extendida y aceptada, considero que la lectura no es modo alguno un placer; es un proceso tremendamente duro, se lee, se relee, se consulta un diccionario, luego otro, se subraya, se toman notas, es un trabajo muy duro".

En la biblioteca de Marc Campins los diccionarios siempre están a mano cuando se adentra en la lectura de una obra: "Poseo naturalmente diccionarios etimológicos, pero también otros de ideas, modismos, temas literarios, de poética, personajes bíblicos, mitología, uno médico, de figuras retóricas, teatro, iconografía, y dos que consulto muy a menudo, el de argumentos literarios de Elisabeth Frenzel y el de obras y personajes literarios de Bompiani. Siempre es importante recurrir a ellos para informarse por ejemplo sobre el marco histórico de una determinada obra o para saber qué han dicho ciertos autores sobre la obra en cuestión. Por otra parte, también tengo el de Filosofía de José Ferrater Mora; y el Alcover Moll, fundamental en lengua catalana, lo consulto a través de internet".

AUTORES PREFERIDOS
Al preguntarle por sus autores preferidos, el entrevistado relata una precisa relación por temas. Y anota en primer lugar, una serie de obras poéticas: "La Odisea" de Homero, "La Eneida" y "Las bucólicas" de Virgilio, "La metamorfosis" de Ovidio, "La Divina Comedia" y "La vita nuova" de Dante, las tragedias y sonetos de William Shakespeare, la obra de Ausiàs March, "Il canzionere" y "Secretum" de Petrarca, los poemas de Jacint Verdaguer y "La terra erma" de Thomas S. Eliot. Llegados a este punto, Marc Campins cree necesario hacer una distinción entre la poesía que se lee y la que se relee porque a uno realmente le haya cautivado. De los poetas menorquines ha leído la obra de Ponç Pons, Pere Xerxa, Ángel Ruiz y Pablo, Joan Timoner, Gumersind Riera y Gumersind Gomila. Destaca especialmente la labor de Gumersind Riera, pero quienes le han entusiasmado son tres poetas creadores de la Escola Mallorquina: Joan Alcover (por su obra "Cap el tard"), Miquel Costa i Llobera (con "Horacianes") y Llorenç Riber (de quien ha leído "La minyonia d'un infant orat"). "El profesor José María Valverde -indica Campins- hacía notar en la Universidad la importancia de aprender a recitar poemas, a memorizarlos, que es aprenderlos de corazón. Esta predisposición en poesía es muy necesaria".

En el ámbito de la novela, en la ordenada biblioteca de Marc Campins -"sé la ubicación exacta de cada libro"- figuran obras de Dostoievski, Tolstoi, Dickens ("Oliver Twist", "Grandes esperanzas" y "Tiempos difíciles"), Flaubert, Musil, Broch y Kafka. Tiene pendientes de lectura "En busca del tiempo perdido", de Marcel Proust, y "Ulises", de James Joyce. Y un autor al que profesa especial atención es Milan Kundera, de quien posee todas sus novelas: "En su obra de teoría literaria 'L'art de la novel·la', Kundera expone la función casi filosófica que cabe atribuir a la novela por cuanto se trata de descubrir las paradojas de los seres humanos, el enigma del yo. La novela permite estudiar el problema existencial de las personas, explorar el componente irracional que hay en nuestro interior".

TEATRO Y ENSAYO
"A mis amigos -afirma Campins- siempre les recomiendo que lean teatro, por una cuestión de economía del tiempo. Una obra teatral es una novela sin aditamentos ni adornos, sólo los diálogos de los personajes. Al leerla se ahorra tiempo". Queda reflejada aquí su observación por si resulta de interés a los lectores. En cualquier caso, Campins ha leído -y destaca- con agrado las tragedias griegas de Sófocles y las de Eurípides, en traducción de Carles Riba, y las comedias romanas de Plauto y Terencio. Ha leído igualmente parte de la producción teatral de Shakespeare, en traducciones de Josep Maria de Sagarra y Salvador Oliva; y piezas de Calderón de la Barca, Molière, Goldoni ("de sus 150 obras llevo leídas siete u ocho"), Chejov, Ibsen, Arthur Miller, Terence Williams, David Mamet, Harold Pinter y los catalanes Josep Maria Benet i Jornet y Jordi Galceran, este último galardonado con el Premi Born.

En cuanto a ensayo, Campins menciona la lectura de textos de Cicerón, Séneca, Aristóteles ("muy farragoso"), Platón y Montaigne. Cita asimismo a los catalanes Josep Pla, Josep Maria de Sagarra, Agustí Calvet, que firmaba con el seudónimo Gaziel y fue director de "La Vanguardia", Josep Carner y Josep V. Foix; y a Joan Fuster por sus volúmenes "Nosaltres els valencians" y "Diccionari per a ociosos". La psicología es otro apartado significativo en la biblioteca de Campins y sus autores principales son Karl Jung, Sigmund Freud y Bruno Bettelheim. Por lo que se refiere a mitología y religión, anota los nombres de René Girard, Karl Kerenyi, Jean Hani, Paul Diel y Mircea Eliade. De todos modos, subraya el impacto de dos obras: "En los oscuros lugares del saber", de Peter Kingsley; y "La religión gnóstica", de Hans Jonas. Y de la Biblia ha leído los salmos, "El càntic dels càntics", "Els proverbis", "El llibre de Job", "Cohèlet", "El llibre de la saviesa" y las narraciones didácticas de Judit y Ester.

Para cerrar este capítulo, Marc Campins me transcribe en catalán unas citas del crítico literario estadounidense Harold Bloom: "A la informació tenim accés il·limitat, però com trobar la saviesa?"; "Cal tenir criteris de selecció i cal llegir bé"; "Llegir és un dels millors plaers que pot proporcionar la soletat, perquè és un dels més saludables des del punt de vista espiritual. Fa que hom es relacioni amb l'alteritat, ja sigui la pròpia alteritat, la dels amics i la dels que puguin arribar a ser-ho".

LEER MÁS
Marc Campins lee en casa cuando la familia ve la televisión o sigue un partido de fútbol. No quiere que la tele le distraiga ni le robe tiempo de lectura. No tiene teléfono móvil "ni quiero tenerlo". Y ante la interminable aparición de novedades en el mercado del libro, lanza su particular eslogan: "Hay que comprar menos y leer más". Preguntado por sus últimas lecturas, Campins reseña tres títulos: "The philosopher's secret fire. A history of the imagination", de Patrick Harpur; "A-Z of modern manners", una guía inglesa de buenos modales publicada por la editorial Debrett's; y "Galateo", de Giovanni della Casa. Y sobre su mesa tiene -tenía- pendiente la lectura de "América", de Franz Kafka.
Y vuelta a los diccionarios. Lector impenitente, Marc Campins acostumbra a consultar incluso alguno de sus diccionarios antes de asistir a una función operística en el Teatre Principal o de ir al cine. Se informa sobre la obra y su autor. Le gusta ir documentado. Otro detalle que ilustra sobre su personalidad bien pertrechada de sensibilidad e inquietudes culturales.

El libro como vía hacia la búsqueda de la sabiduría

"Me defino básicamente como un lector; el rédito económico es nulo por supuesto, pero a mí me importa el enriquecimiento espiritual, la búsqueda de la sabiduría". Ésta podría ser, a mi juicio, la síntesis del perfil humano de Marc Campins Morro, quien ejerce de administrativo de Iberia en el Aeropuerto de Menorca. Está casado con Sun Fullana y son padres de dos hijos, Joan (5 años) y Manuel (3 años).

El currículo de Marc Campins (Maó, 1962) indica que fue un estudiante de letras. Fue alumno del Colegio La Salle y del Instituto Joan Ramis. Se licenció en Filosofía y Letras tras estudiar en la Universitat de les Illes Balears y en la Universitat de Barcelona. Dos profesores de quienes guarda un magnífico recuerdo son José María Valverde y Rafael Argullol, de Estética, así como del neurólogo Joaquim Jubert.

Su intensa dedicación a los libros hace que Campins deteste hoy la televisión; tampoco le interesa el fútbol (la entrevista se celebró tras pasar España a semifinales en el Mundial de Sudáfrica, dos días antes de la memorable victoria sobre Alemania y seis antes de proclamarse campeona en la final disputada frente a Holanda). Aunque en su biografía consta que fue futbolista alevín, infantil y juvenil en el CD Menorca. Enrolado en el Club Parroquial de Sant Francesc de Maó, cuando el rector era Xisco Huguet, Campins practicó el excursionismo y participó en actividades lúdicas en plena calle.

Abierto siempre a la formación, Marc Campins ha cursado los ciclos superiores de Inglés y Catalán en la Escuela Oficial de Idiomas y ha participado en los cursos de verano de la UIMIR y del Moviment de Renovació Pedagògica de Menorca. Su espíritu inquieto le llevó a inscribirse como socio del Ateneu de Maó e incluso responsabilizarse de su vocalía de tertulias. En la entidad ateneística intervino en unos talleres de literatura junto con Eugeni Roig y Antoni Puertas.

OBRA LITERARIA
Desde hace diez años Marc Campins publica su obra literaria en los "Quaderns de Folklore" del Col·lectiu Folklòric de Ciutadella: "Gloses d'entre segles. In saecula saeculorum", "Animalari", "Metge per força", "Mandala" y "Memòries d'un galant escrites en glosa". También desde hace una década colabora con sus poesías en honor de la Mare de Déu de Gràcia en la revista que edita anualmente el diario "Menorca" con motivo de las fiestas patronales de Maó. Es autor asimismo de "Idil·lis i pastorel·les" (autoedición) y confía en hallar editor para publicar "Faules".