A comienzos de 2023, tuve el privilegio de asumir el liderazgo del Palau de Congressos de Palma, sucediendo a mi compañero Ramón Vidal, que dejó una impronta imborrable, no solo por su gestión, sino también por su inteligente habilidad para unir a todos los actores relevantes, públicos y privados, en torno a un ambicioso objetivo común: posicionar Mallorca en el mapa internacional del turismo MICE. Asumir su legado implica una responsabilidad considerable, pero también una oportunidad emocionante para continuar avanzando en esta dirección y consolidar el reconocimiento de nuestra isla como un destino de primer nivel internacional.

En el dinámico escenario del turismo global, nuestro sector ha demostrado una notable capacidad para adaptarse y levantarse frente a los desafíos, pero debo admitir que la trayectoria del Palau en 2023 ha superado todas mis expectativas. Después de la pandemia y los profundos cambios que han sacudido nuestra industria, la rápida recuperación del turismo MICE en Mallorca ha sido tan asombrosa como inspiradora. En un destino donde el sector vacacional ha acaparado tradicionalmente toda la fama, hoy ya nadie cuestiona que estamos presenciando la consolidación de un nuevo y poderoso segmento turístico, por el que Palma ocupa ya la sexta posición en el ranking de ciudades españolas con mayor número de congresos internacionales. Esto no solo habla de la resiliencia del sector, sino también de la capacidad de adaptación y la determinación de la isla para diversificar su oferta turística y mantenerse a la vanguardia de la industria en tiempos de cambio. Así pues, es hora de reconocer su potencial transformador y aprovecharlo para diversificar y fortalecer aún más la economía de nuestras islas, así como reconocer la trascendencia de nuestro legado colectivo cuando empleamos la actividad MICE no solo como motor económico, sino también como catalizador de conocimiento e innovación. Por eso, es imperativo que empresas e instituciones continuemos trabajando de la mano para comunicar efectivamente el impacto positivo del MICE en nuestro destino.

El Palau de Congressos ha demostrado ser un imán para eventos profesionales de máximo nivel, atrayendo a una amplísima variedad de sectores y empresas de todo el mundo. Pero, mientras celebramos el éxito de una demanda turística sólida y resiliente, debemos reconocer que nuevos retos aguardan en el horizonte. En un mundo cada vez más consciente de los desafíos ambientales y sociales, es crucial que abordemos la sostenibilidad con rigor y compromiso, integrándola en el núcleo mismo de nuestra gestión empresarial, e implicando a toda la cadena de valor para que el resultado sea transversal.

Precisamente en el corazón de la historia de éxito del Palau se encuentra nuestro compromiso sostenible. Por ello, año tras año, seguimos avanzando en la reducción de nuestra huella de carbono (en 2023, logramos una reducción del 6%), y estamos orgullosos de participar en el proyecto Finhava de hotelería circular, impulsado por Tirme, por el cual el año pasado separamos más de 21 toneladas de residuos orgánicos para reciclar en compost y adquirimos 11,5 toneladas de productos locales del campo procedentes de este proyecto. Además, de la mano de Meliá, estamos implantando un nuevo programa de eventos sostenibles para medir, reducir y compensar la huella de carbono de los grandes eventos y, por supuesto, seguimos reforzando nuestra relación con entidades sociales de Palma para mejorar la calidad de vida de los colectivos más vulnerables.

En conclusión, el turismo MICE no se limita a ser un motor de generación y distribución de riqueza, sino que se erige como una industria de creciente conciencia y sensibilidad, cuyo potencial para dejar un legado positivo en el entorno es innegable. Es hora de reconocer su poder transformador y trabajar de manera colaborativa para asegurar que su impacto sea no solo económico, sino también beneficioso para nuestra comunidad y el medio ambiente.l