Una vez superada la herencia de los tres años difíciles que nos dejó la pandemia, volvemos a los parámetros anteriores de crecimiento. Como es habitual la recuperación ha sido más rápida de lo previsto: el pasado año se han cumplido con creces los objetivos previstos para el presente: alcanzar los niveles del 2019.

Pero también se han batido varios récords cuya valoración depende de quien la haga.
1.- Por primera vez hemos superado a Francia como primer país receptor del mundo en el número de turistas extranjeros. Está bien para hacer titulares en los periódicos y bajar los humos a los franceses, pero nada más. Hace años que España había superado a Francia en los registros que importan como los ingresos por turismo lo que sitúa a nuestro país como primera potencia turística de Europa .
2.- El valor de la actividad turística total se aproximó al 13% del PIB, dato histórico, con un crecimiento muy superior a la media de la economía nacional. Según Exceltur el crecimiento del turismo sería responsable del 70% de la evolución global de la economía española. Ha mejorado el gasto por turista y el gasto diario; en gran medida debido al fuerte crecimiento del turismo americano que ha usado la ventaja del dólar fuerte. El único de los grandes mercados emisores que ha mostrado debilidad es el alemán por la situación económica del país. Gran Bretaña y Francia han respondido bien, al igual que los mercados de Centroeuropa como Bélgica, Holanda, Suiza. La recuperación de le clientela asiática tendrá que esperar hasta que se recupere la economía china.
3.- Es el sector que más empleo ha creado, cerca de 100.000 empleos netos , la mayor parte, empleos fijos . Ha dejado de ser una fábrica de empleo precario.
4.- La buena rentabilidad del sector hotelero atrae inversión. Los grandes fondos que estaban alejados de los hoteles de sol y playa han decidido invertir en el turismo vacacional.
5.- Importante mejora en los objetivos de la política turística de desestacionalización y redistribución regional. En términos relativos el norte de España ha crecido más que el Mediterráneo y las islas, aunque en términos absolutos no haya sido así. Sigue dominando el turismo de sol y playa. Los últimos meses del año han sido magníficos, al convertirse Canarias en destino refugio como consecuencia de la guerra en Gaza.
6.- El problema del crecimiento de las viviendas de uso turístico en los destinos saturados conlleva un deterioro de la calidad de vida de las poblaciones locales, el encarecimiento del alojamiento y la imposibilidad de contratar todo el personal necesario. Sin embargo, cumplen una función positiva en el resto de la geografía española.
7.- En resumen, ha sido un año extraordinario.

Como indica Exceltur, es el momento de gestionar el éxito, lo que exige centrarse en la rentabilidad y la sostenibilidad. Ya han sonado las campanas advirtiendo de la necesidad de evitar el crecimiento indiscriminado, pero esta vez los campaneros no son solo los ecologistas aguafiestas sino las propias organizaciones del sector y los grandes hoteleros que piden a las diferentes administraciones un mayor control de las viviendas de uso turístico cómo ya hacen algunas ciudades como Nueva York, París o Barcelona.

Sin embargo, siguen oponiéndose al uso de la política fiscal: tasas e impuestos-, como instrumento de control de ese crecimiento. En este campo han encontrado el apoyo del Partido Popular cuyo poder territorial ha crecido tras las elecciones locales y regionales de mayo. No olvidemos que cada Comunidad Autónoma tiene competencias plenas en el campo del turismo.

Ha dejado de circular la palabra turismofobia que se usaba como arma arrojadiza contra los que se oponen al crecimiento descontrolado. El sector espera que este año continúe la bonanza y que se mantenga la mejora de la sostenibilidad, de la estacionalidad y una más eficiente distribución geográfica.l