La recuperación de la situación económica habría favorecido en principio la generación de ahorro, una parte del cual se destinaría a depósitos bancarios, mientras la aparición de la inflación, que se ha ido moderando en el último trimestre debido a la obligada subida de los tipos de interés, en este caso realizada de una forma rápida con el único límite de no provocar recesión, lo dificultaría al haber tenido que dedicar más recursos al consumo y por lo tanto quedar con una menor capacidad para el ahorro. Con respecto a los créditos esta misma situación ayudaría a amortizar las cifras de crédito vivo y aumentar la demanda de nuevos con destino a inversiones.

El lógico resultado final ha sido, tal y como podemos apreciar en los gráficos de las páginas anteriores, que las cifras de depósitos y de créditos de las entidades financieras en el año 2023 han seguido también una evolución diferente, lo mismo que el año anterior, si bien el aumento de las cifras de depósitos ha sido menor. Mientras los depósitos han continuado en aumento, aunque éste se haya ralentizado aún más, logrando un nuevo récord histórico; el volumen de los créditos vigentes a finales del año ha continuado bajando por segundo año consecutivo respecto a los dos anteriores en que habían tenido un fuerte incremento debido a los efectos de la pandemia.

La consecuencia directa de esta dispar evolución consiste en el incremento del mayor apalancamiento de los créditos sobre los propios depósitos captados por las entidades crediticias tomadas en su conjunto, es decir, un mayor equilibrio entre depósitos y créditos de las instituciones, que tendrían por misión principal canalizar el ahorro de unas personas hacia las inversiones de otras, en este caso residentes en Balears, donde el hecho de seguir confluyendo ha significado que al final del período todo el crédito vivo existente permaneciera financiado por los depósitos agregados, lo que no sucedía desde el año 1996 y que significa también recuperar aquella autonomía financiera perdida.

Reiteramos que las causas de las subidas de las cifras de los depósitos en los últimos años habría que buscarlas en el marco poco inflacionario en que estuvimos viviendo, pero a partir de 2021 este entorno ha ido cambiando por una tasa de inflación al alza, lo que consecuentemente ha repercutido en una posterior desaceleración del crecimiento de los ahorros que nutren los depósitos de las entidades financieras, ya que un entorno o una perspectiva inflacionaria y la baja remuneración de éstos poco ayuda a estimular su crecimiento.

Por otra parte, la aparición de la inflación, seguida del incremento de los tipos de interés con el fin de atajarla, sumada a un entorno de mayor incertidumbre política debida a los conflictos bélicos, ha tenido una influencia directa en la bajada del volumen de los créditos vivos concedidos por las entidades financieras, tanto por la amortización parcial de los préstamos en vigor, como por la menor demanda de nueva financiación por parte de empresas y particulares al desistir de inversiones en nuevos proyectos o demorar su ejecución, aunque en los dos últimos ejercicios se hayan recuperado con creces la actividad económica y los beneficios empresariales.

Por último, si hallamos las cifras de crédito y de ahorro per cápita de Balears al finalizar el 2023 y las comparamos con la evolución durante el año que han tenido en el resto de Comunidades Autónomas de España, resulta que las cifras de crédito y de depósito medios per cápita en Balears, que han alcanzado las cifras de 25.695 y 26.688 euros respectivamente a final de 2023, han continuado un poco por encima de la media nacional, si nos referimos a los créditos y por debajo, si a los depósitos. Señal clara de más inversión y actividad económica que la media nacional y la menor tasa de ahorro, de ligero menor hábito de ahorro o más dificultad en hacerlo posible.l