Llonga. El delantero del Penya Ciutadella, que no tuvo una tarde inspirada, persigue un balón; abajo un despeje de Marcos | Kika Triay
Ni el mismo técnico del Penya Ciutadella, Dani Mori, quiso encontrar excusa alguna al pobre empate 0-0 conseguido ayer ante un Manacor que demostró en el Municipal de Son Marçal el porqué de su clasificación actual, penúltimo en la tabla. Pese a recuperar a Melià y Raül Capó y jugar ante un rival de menor entidad los ciutadellencs en ningún momento estuvieron finos; casi inexistentes delante, a excepción de algún tramo de la segunda parte, y algo espesos atrás, a pesar de la bisoñez mallorquina. No obstante, el signo del partido podría haber variado por completo si a los siete minutos de partido, en la ocasión más clara del choque, Zurbano hubiera entrado en las mallas de Mateo un balón con veneno que acabó dando en el palo izquierdo del meta visitante. Una lástima porque sería la única ocasión entre los tres palos de la primera mitad y de los dos equipos. Fueron unos primeros 45 minutos muy aburridos en los que ya de inicio se vio a un Manacor que venía a por el empate a cero.
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