Un set y una derrota

El marcador se movió, ciertamente, en términos de igualdad. En buena medida gracias al giro en redondo advertido en la actitud de las jugadoras de Ciutadella y al repliegue de las riojanas que vieron como apenas disfrutaban de una ventaja máxima de tres puntos (10-7) propiciado por dos bloqueos de Rosalía Alonso.

La reacción anímica y el equilibrio que mostraba el Valeriano Allés Menorca en defensa y ataque impedía que la ventaja se disparase. Muy al contrario. Su progresión propiciaba un vuelco que obligaba a Josemi Pérez a pedir tiempo muerto con dos tantos por debajo (18-20) a pesar de la contundencia que Jessica Rivero mostraba en su pegada. Para entonces, Cano ya se había sumado al festival y todas las dudas se trasladaban a la hispanocubana que erraba en una recepción blanda y Helia González con un remate cruzado en exceso. Y el banco local volvía a otorgar la dirección de su juego, hasta entonces liderado por Silvia Araco, a Meritxell Alseda.

No sirvió de nada. La respuesta jarrera pareció servir de antídoto. Pero sólo fue una anécdota. El Valeriano celebró el set como si fuese la revancha de la reciente Supercopa de España (23-25).
Cambio de guión. De plano. Con lectura de cartilla en el banco local. Haro encaró el segundo set con el cuchillo entre los dientes, con mayor intensidad. Y bombardeando la posición de centrales, seguramente su espacio más vulnerable. Rosalía Alonso abrió a la corta sobre la carrera en dos. Y Anicia reforzó la ofensiva para aplacar las ansias del rival con un parcial de 8-1 sonrojante.

La apuesta física comenzó no obstante a pasar factura, en buena medida por la regularidad que mostraba el Valeriano Allés Menorca y por la mejora que experimentaba su bloqueo, enrachado por momentos. Fue un argumento insuficiente para frenar en cuatro a Noelia Sánchez, empeñada en derribar una muralla que empezaba a mostrar signos evidentes de debilidad. Las distancias se recortaron. Pero de forma parcial (16-10). Ese pulso acabó minando más las reservas del Menorca que del Haro, más trabajado, y el tirón final no hizo sino refrendar el acierto de Josemi Pérez al imponer un asedio total al centro de la red. Allí, Anicia Woods acabó haciéndose fuerte con dos bloqueos para dejar las cosas como estaban (25-14).

Aunque menos, el Haro Rioja Voley no encontraba facilidades para culminar su proceso de recuperación. Muy al contrario. El Valeriano Allés apretaba a fondo en la reanudación del partido, liderado por McNatt que justificaba la entrega mostrada por sus compañeras en bloqueo y en la defensa de la segunda línea (1-6). Pero la apuesta se demostraba suicida porque exigía un gasto energético ante un rival mucho más rodado que volvía a insistir en el eje de la red, siempre por mediación de Woods, para superar a lo grande el mayor escollo del encuentro. Sumó un parcial de 10-1. Y enderezó la marcha con un 11-7 que minaría la capacidad de sufrimiento del bloque balear, empeñado de forma infructuosa en sostener una plaza ya ganada (25-16).

Daba la sensación de que el partido estaba condenado, visto para sentencia. Y así fue. Aún convirtiéndose el cuarto en el set tonto de la tarde, con errores y aciertos alternos entre dos equipos que se movían ya en la reserva. Se afrontaba el tramo final del encuentro con empates constantes hasta el 22-22 que acabaría rompiendo, a regañadientes, el equipo riojano. El Valeriano Allés mostró buena cara pero no confirmó que entraba en la fase más determinante de su consolidación (25-22). El horizonte no es tan negro visto el estreno liguero. El sábado próximo, otro gigante aguarda, el Murillo.