No va a ser tan fácil. El relevo en la presidencia del club está acordado y decidido unánimemente por la junta directiva en favor de Andreu Hernández -socio, ex-gerente y directivo de la entidad-, pero la actual presidenta, Katy Moll tiene una tarea importante que cumplir, y dio su palabra: "Andreu está preparado, pero me iré cuando cuadre todo. Mi mandato finaliza legalmente a finales de año, pero antes el club tiene que haber pagado todo lo pendiente. Ni más ni menos".
Tajante y determinada, Moll no hace más que ser consecuente en una situación en la que algo está fallando, y no es el club. "Cuando dimos el paso para seguir con el primer equipo en la Superliga fue porque tuvimos las garantías firmadas de que recibiríamos un dinero (86.000 euros) que ya estaba determinado y pactado. Nosotros dimos el paso, la Federación también accedió a ser laxa en sus requerimientos, pero están pasando las semanas y no nos llega el ingreso... Y esta vez no es culpa del Govern".
La cuestión es que la fórmula que escogió el Govern fue la de una 'cesión de crédito' validada con la firma de la toma de razón por parte del ejecutivo balear. Pero la gestión está parada en la entidad bancaria escogida (Caixa Colonya) y no paga, a pesar de tener las garantías del ejecutivo autonómico.
Moll insiste. "Tienen todos los documentos. Es una operación avalada por el Govern pero no hacen el ingreso. Ya no sabemos qué pensar. Volvemos a recordar que este ingreso, y el de Illesport de la temporada pasada, servirá para pagar gastos pendientes". Entre otras cosas, la partida más importante es para las últimas nóminas de la anterior plantilla, que quedó totalmente desmantelada por los recortes.
A esos 86.000 euros de la cesión de crédito -que cubren una subvención pendiente de Illesport de la temporada 2010/11-hay que sumarles 60.000 euros correspondientes a la subvención de la Fundació Illesport de la temporada 2011-12, que Esports se comprometió a abonar a finales de año.
Todo junto hace que el relevo de Moll no sea tan inmediato como parecía al conocerse su sustituto. "Legalmente mi mandato acaba a finales de año. Tras dos periodos al frente del club, tengo ganas de dejarlo. Pero no voy a irme sin arreglar esto", reitera. La cuestión es que "si no tenemos los ingresos, no pagamos. Con el presupuesto actual, tras todos los recortes, cubrimos lo básico pero no el déficit acumulado".
De seguir en esta tesitura, el futuro del club sería que Katy Moll acabaría su mandato y no habría alternativas. Andreu Hernández tampoco se haría cargo del club, y otra candidatura, con el negro panorama que se abrirá, es prácticamente imposible. Todo junto abocaría a la institución bermellona a una junta gestora, complicando un problema de por sí difícil de digerir.
De forma paralela, la cuestión de cómo sufragar los vuelos tras la no renovación del convenio de patrocinio con Air Europa parece secundaria. Moll recuerda que "fuimos precavidos y reservamos una partida en el presupuesto de esta temporada, en un plan ajustadísimo, como siempre. Quedan dos meses para el inicio de la temporada y veremos hasta donde llegan las gestiones del Consell".
Ni que decir tiene que el club agradece cualquier intento de presión para llegar a algún acuerdo con Air Europa o Vueling, pero la presidenta recuerda que "en Mallorca no tienen ningún tipo de problema, y la cuestión no es del Volei, o de otro club. Es algo social, de toda la población menorquina. Siempre apelan a la condición de empresas privadas de las compañías, pero entonces, ¿para qué sirven los organismos públicos si no son capaces de corregir esta desigualdad? ¿Cómo van a fomentar el turismo sin transporte aéreo?", se pregunta Moll.
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