El entrenador, ayer en la Rafa Nadal Academy, junto a una de sus alumnas en Manacor.

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«Me enteré el día que lo anunció, como casi todo el mundo; e incluso algo más tarde porque estaba entrenando en la academia. Supe que finalmente Rafel había dado la noticia y la verdad es que me no me sorprendió, algún día tenía que ocurrir». Son palabras de Joan Bosch (Ciutadella, 1975), actualmente entrenador de la Rafa Nadal Academy y uno de los técnicos al que una mayor relación profesional y de amistad le ha unido desde siempre a Nadal. Bosch, quien convive día a día en Manacor con el astro ganador de hasta 22 Grand Slams, repasa con «Es Diari» sus vivencias y punto de vista sobre el que, para muchos– también para el extécnico del mismo, Carlos Moyà–, ha sido el mejor raqueta de todos los tiempos.

«Personalmente no me gusta ver perder a Rafel y es muy mala suerte que tenga que retirarse por un tema de lesiones pero llevaba un año sin apenas jugar; sabe mal pero toca aceptar la situación», decía ayer, a las primeras de cambio Bosch. «Hemos disfrutado mucho de él y es triste pero si lo analizas bien, ha sido una suerte siendo tan bueno haberlo tenido tan cerca y, en mi caso, haber podido estar junto a él. Recuerdo cuando se me hizo el homenaje en Ciutadella y él y Moyà no dudaron en venir», exclama emocionado el ciutadellenc, que habló luego con Nadal, tras su anuncio. «Le abracé al día siguiente como muestra de apoyo y me dijo: ‘Una lástima pero no podemos hacer más’. Le agradecí los grandes momentos que nos ha dado, sobre todo casi siempre viéndole ganar».

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Nadal sigue entrenándose en la academia de cara a la Copa Davis, ajeno a su despedida, si bien, «en el día a día le vendrá la pena, lo lleva de aquella manera. ¿El momento? Él mejor que nadie lo sabe si lo era o no y tras un año tan duro se entiende perfectamente; quien lo siente es quien decide. Siendo como es de luchador, de confianza y de darlo todo de uno mismo y al límite, seguro que era la hora, quedándose bien en sí mismo», piensa en voz alta Bosch, orgulloso de lo que le ha tocado vivir junto a dos número 1 como Nadal y Moyà. «Estoy eternamente agradecido a Rafel y junto a Carlos, es de las personas del tenis a las que más agradecido puedo estar. También a su tío Toni, más en los inicios de Rafel cuando entró en el circuito. Tenemos una gran amistad, además de la academia, además de la academia que nos une», señala, agradecido a lo que le ha tocado vivir con los dos mallorquines. «He tenido la suerte de compartir media vida tenística mía con Rafel, Moyà, Toni y demás. Dos número 1 de los que estaré siempre muy agradecido».

De todo lo logrado por Nadal, más que en un partido o torneo en concreto, Bosch se queda, «con su espíritu de lucha, de llevar el cuerpo al límite, de mejora y de pensar que siempre puedes dar algo más o saber analizar en los momentos difíciles. Y su ambición y la humildad de, tras haber ganado tanto, tener la capacidad de levantarte en frío, irte a entrenar y competir con gente joven en teoría inferior pero que ya te obligan al máximo con el tenis rápido de hoy en día», asevera de un Nadal que elogia que, «nunca ha bajado los brazos y es el gran ejemplo para los chavales jóvenes que entreno en la academia, ese ‘fair play’».

El mejor, sin duda alguna

«Para mí sí ha sido el mejor de todos los tiempos y por varios motivos. Entiendo quien pueda decir que ha sido Federer o Djokovic porque ha ganado más títulos pero me fijo en su superioridad cuando ganaba en tierra», insistiendo el menorquín en, «unos valores muy difíciles de encontrar a día de hoy los de Rafel, si bien es verdad que Djokovic también tiene algunos pero son situaciones diferentes. El aguante de Rafel cuando no le va bien las cosas es único», abunda Bosch, quien una vez retirado Nadal, «le veo el día de mañana en la academia, como ahora. Me reúno con alumnos hablando del revés o del ‘drive’ y que pase Rafel y se pare a saludarnos; imagina el ‘shock’ en el que se quedan los chavales. Nos hace más grandes y por favor, sigue viniendo cada día», le pide públicamente y entre bromas a un tenistas que, para él, «ha demostrado su balearidad en muchos sentidos, por ejemplo con la Rafa Nadal Academy en Manacor, de las mejores del mundo. Si algo ha demostrado es que se siente de aquí y lleva vida de isleño y podría haber montado la academia en cualquier punto del mundo seguro pero decidió hacerla en su casa. Una academia que va a más año a año», acaba Bosch.