El científico deportivo barcelonés Ricard Pérez

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Después de un par de semanas repletas de trabajo debido a la celebración de los Juegos Olímpicos y demás competiciones deportivas en las que participaban algunos de los atletas que tutela, el científico deportivo Ricard Pérez (Barcelona, 1980) se pasa por la Isla como invitado de la Asociación Cicloturista Menorca para ofrecer una conferencia pensada para los aficionados al ciclismo.

Lo hará esta tarde a las 19.30 horas en el Claustre del Carme de Maó bajo el título «Mejora del rendimiento al alcance de todos». Cabe recordar que el catalán es un referente en la programación de entrenamientos para deportistas populares con proyectos como ADN Ciclista o ADN Triatleta.

Hablemos de la mejora del rendimiento deportivo. ¿En qué se va a centrar su ponencia?

—Mucha gente cuando piensa en rendimiento o en la mºejora del mismo piensa «bah, esto no es para mí porque no soy profesional. Lo único que hago es salir con la bici porque me gusta disfrutar».

Entonces, la visión que quiero dar es que aunque uno sea un deportista popular, existe una cosa llamada rendimiento y hay que entender cómo funciona. Daremos una serie de consejos totalmente prácticos para evolucionarlo.

En este sentido, ¿cuáles serían los puntos clave para la mejora del rendimiento?

—Voy a dividir la charla en tres áreas principales: psicología, fisiología y nutrición.

Por ejemplo, ¿qué significa cuando hablamos de nutrición para mejorar? Pues a lo mejor estamos obsesionados con que los carbohidratos son malos porque resulta que toda la propaganda que nos encontramos por televisión son alimentos proteicos. Vamos a ver si realmente tiene sentido y si nos tenemos que preocupar.

Alejándonos del deporte popular, lo cierto es que tiene una gran trayectoria en la ciencia deportiva. ¿De qué forma puede ayudar una figura como la suya a un atleta de élite?

—Mi rol es un poco avanzado, por lo que entro en juego cuando un deportista está estancado. En cualquier nivel, ya sea profesional o como aficionado.

Por ejemplo, una persona que nunca ha hecho deporte y busca adelgazar, pero lleva dos años sin mejorar los tiempos de sus carreras. Yo trato de encontrar qué es lo que falla y qué se tendría que retocar para mejorarlo. Un entrenador, que no es mi caso, miraría cuál es el plan de entreno, las sesiones que se están llevando a cabo y cambiaría el tipo de entrenamiento a realizar.

En mi caso estamos hablando de un científico deportivo, que toma una visión general de lo que falla. Puede ser algo tan sencillo como es el hecho de no tener energía a la hora de correr. En este caso, nos centraríamos en la nutrición y cómo debe comer el deportista. Este verá que su rendimiento se dispara porque hemos desatascado el problema que había.

¿Se trabaja de la misma forma con atletas populares que con deportistas de élite?

—La forma siempre es la misma. Cuando explico a qué me dedico, la gente me confunde con un entrenador, por lo que siempre traslado la comparación del entrenador y el científico deportivo a la de un farmacéutico y un médico.

Sin querer generalizar, en el 80 por ciento de los casos, el entrenador lo único que hace es aplicar sesiones de entrenamiento para mejorar. Es como si vas a la farmacia y dices que estás resfriado. El farmacéutico te da un medicamento para que te cures, pero al cabo de dos meses vuelves a la farmacia porque te has resfriado. La función del farmacéutico es encontrar el síntoma y solucionarlo.

En cambio, cuando le dices al médico que llevas un año que siempre estás resfriado, este se centra en la causa. Por tanto, yo como científico deportivo miro para atrás para entender las causas del estancamiento y así    mejorar el rendimiento deportivo.

En sus años de experiencia, dónde ha notado un mayor problema en los deportistas: ¿en la cabeza o en el apartado físico?

—El tema de la cabeza y los bloqueos mentales se da sobre todo en profesionales, que tienen mucha presión encima. Muchas veces no es que necesiten ganar o no la carrera, sino que deben cumplir una serie de objetivos con un patrocinador.

En cambio, cuando hablamos de deportistas populares, ahí ya tenemos dos partes. Una es de nutrición, que muchas veces pasa desapercibida. Algunos dicen «puedo desfasarme y comer lo que me da la gana porque voy en bici y ya lo quemaré», pero al no haber una buena gasolina, el coche no arranca. Por otro lado, hay otros que van un poco perdidos en el aspecto físico: a lo mejor cogen vacaciones y deciden salir cada día en bici. Sin embargo, al cuarto día ya están hechos polvo y se lesionan porque van pasados de vuelta.