Nadal amplía su leyenda con su cuarto US Open en una final memorable

Un partido memorable, un desenlace feliz para el de Manacor y cruel para el ruso, porque al final sólo hay una copa para dos jugadores que han merecido levantarla.

A Medvedev no le ha pesado estrenarse en una final de Grand Slam y desde el comienzo ha presionado el servicio de Rafael Nadal, que le había doblegado en su primer y único enfrentamiento en la final del Masters 1000 de Canadá en Montreal. El mallorquín ha salvado la primera opción de ruptura en el primer juego, pero no ha podido hacerlo en el tercero y el ruso se ha puesto con ventaja.

Sin embargo, el vigente campeón de Roland Garros ha sofocado la rebelión y replicado de inmediato firmando el contrabreak para igualar 2-2 la primera manga. Con ambos contendientes exhibiendo sus recursos y destilando un gran nivel, el de Manacor ha disfrutado hasta tres oportunidades de allanar el camino en el séptimo juego, pero Medvedev ha tirado de su servicio para impedir la ruptura (4-4 y saque para el balear).

En el momento de la verdad ha sido Nadal el que ha acertado a presionar a Medvedev cuando éste le ha dejado resquicios con el saque. Con 5-4 a su favor, el número dos del tenis mundial ha tratado de cerrar el primer set al resto y ha llevado al límite a su adversario en un juego de siete minutos en el que, tras llegar siete veces al deuce, no ha llegado a disponer de opciones de break.

El mallorquín, con 6-5 y restando, ha incidido en sus golpes cortados para forzar el error del campeón del Masters 1.000 de Cincinnati y ha demostrado su agresividad para procurarse sus dos primeras bolas de set aprovechando la segunda.

El segundo parcial ha arrancado como el primero, con el ruso intimidando el servicio de Nadal, que podía presumir de haber ganado 15 de las 16 finales de Grand Slam en las que ha empezado por delante en el marcador. El mallorquín ha impuesto su ley recuperando rápidamente su mejor versión al saque y ha desaprovechado cuatro opciones de ruptura en el cuarto juego.

Sólido de nuevo con su servicio ya no ha dejado escapar los siguientes puntos de break de los que ha disfrutado en el sexto juego y ha subido el 4-2 al marcador. Ha consolidado el quiebre (5-2), pero el ruso ha retrasado el desenlace llevándose su siguiente saque. Nadal, que sólo había cedido su servicio en seis ocasiones antes del encuentro decisivo, no ha fallado en su siguiente turno de saque para anotarse el segundo parcial por 6-3 en 48 minutos.

El tercer set y la final parecían ponerse cuesta abajo para el mallorquín cuando ha conseguido el break en el quinto juego (3-2 y saque), pero Medvedev ha tirado de orgullo para replicar, empatar de nuevo el parcial con una ruptura y situarse 3-4. Un juego en blanco del balear abortó cualquier atisbo de remontada del ruso, que resistió a dos puntos de break en contra para seguir en el partido.

Nadal se ha llevado por la vía rápida el décimo juego y Medvedev, agarrándose a la pista con coraje y calidad, ha hecho lo mismo en el undécimo. El público ha empezado a empujar al ruso para ver un cuarto set y sus deseos se han hecho realidad. El campeón de Cincinnati ha marcado las diferencias en el momento de la verdad y ha roto el saque del mallorquín cuanto éste último servía para forzar la muerte súbita.

El ruso estaba de nuevo en el partido y ha empezado por delante en la cuarta manga y ha llegado a disponer de un 0-30 sobre el saque de Nadal, que ha celebrado como nunca antes en la final responder y frenar la sangría para igualar la contienda. Nadie iba a hacer concesiones con su saque hasta que el ruso ha sorprendido en el décimo juego, en el que ha volteado un 40-15 del balear para forzar la quinta manga de la final.

La quinta manga fue digna de colocarse en las videotecas en el estante de las mejores finales de la historia. En el carrusel de emociones y con golpes e intercambios de alta escuela, Nadal ha demostrado porque está en la puja por ser considerado uno de los mejores deportistas de la historia. El de Manacor ha logrado el break en el quinto juego (3-2), se ha apuntado su saque (4-2) y ha vuelto a quebrar el de Medvedev (5-2), pero cuando servía para ganar, con una doble falta tras la tercera advertencia del árbitro, el ruso ha conseguido romperle (5-3). Ha vuelto a estar contra las cuerdas con su saque pero ha terminado conquistando el torneo y lanzándose al suelo.