Nadal empezó el partido con una doble falta y con otra regaló su saque en el quinto juego del primer set. Toda una premonición. Sin embargo, entre una y otra, el segundo jugador del ránking mundial había exhibido un repertorio interesante, un par de golpes ganadores con el revés cruzado y algún desconcertante error. Capaz de lo mejor y lo peor en esos juegos iniciales, Thiem decidió dejar hacer a su rival y esperar su oportunidad y, cuando llegó en ese quinto juego, dio un paso adelante para empezar a dominar el partido con claridad.
El austríaco no es uno de esos jugadores a los que le guste esperar. Rompió el saque de Nadal, ganó el suyo en blanco con exultante autoridad y dispuso de otras cuatro bolas de rotura para ponerse 5-2. El once veces campeón del Godó las salvó todas, sobreviviendo a al bombardeo de Thiem, con su afilada derecha y con su demoledor revés a una mano, que hoy parecían tener un imán para las líneas.
Pero a Nadal, que acababa de salvar milagrosamente su saque, no le entraba el primer servicio -cometió cinco doble faltas durante el partido-, el revés se le quedaba siempre en la red y al resto no lograba crearse ninguna oportunidad para robarle el servicio a su adversario. Ni una sola bola de rotura tuvo el balear en ese primer set, ante la quinta raqueta mundial, que se lo llevó por 6-4 en una intensa hora de juego. Si Nadal se había quedado tras su partido de cuartos de final, que el alemán Jan-Lennard Struff no le había dado ritmo, hoy Thiem lo sometió a un ritmo infernal.
El manacorí se marchaba a los vestuarios y, a los pocos minutos, salía a la pista jaleado por los 8.000 espectadores que abarrotaban la central. Casi pierde el primer juego con su saque, pero logró salvarlo con un par de derechas ganadoras y lo celebró, puño en alto, como si acabara de ganar el partido. Nadal mantuvo su saque a la siguiente ocasión, pero volvió a perderlo, de nuevo en el quinto juego, Thiem a ganar en blanco el suyo para colocarse 4-2, y luego a perder dos ocasiones más de 'break' para colocarse 5-2. Un guión idéntico al primer set.
El vigente campeón del Godó a punto estuvo de alterar el desenlace de ese segundo parcial cuando, con 5-4, tuvo un 0-40 para recuperar el robo y alargar el set. Eran sus tres primeras y únicas bolas de rotura en todo el partido, pero Dominic Thiem, en el momento de más exigencia de todo el duelo, volvió a jugar un tenis de alto voltaje, a apretar al balear con buenos primeros y presionarlo en la red para cerrar el set, por 6-4, y su pase a la final.
El tercer cabeza de serie del Godó disputará mañana su segunda final en Barcelona -perdió la de 2017 con Rafa Nadal- ante el ruso Daniil Medvedev, catorce de la ATP y séptimo favorito del torneo, que este sábado derrotó al dos veces campeón, el japonés Kei Nishikori, en tres durísimos sets (6-3,3-6 y 7-5).
1 comentario
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ENHORABONA!!!!! Thiem. Gano el tenis verdadero. y no la pantomima del show particular del tenista del Real Madrid...con todos sus espavientos antes de hacer el servicio tocándose todo su cuerpo, tardando siempre una eternidad, exhibiendo su reloj de un millón de euros, y haciendo el antitenis defensivo, de siempre por esto los que entendemos de tenis por haber jugado toda nuestra vida, lo entendemos como un pasabolas y un pasa pelotas., con un revés antiestetico a dos manos, comparado con el revés inmaculado de escuela de Thiem, como su profesor el gran y mejor jugador de tenis de toda la historia, el Genio e inigualable Roger Federer.Gracias Thiem...por haber eliminado el estandarte español Nadal.