«Si te soy sincero, ni lo sabía. Me hizo ilusión el año pasado, pero cuando llevo unos meses sin jugar, desconecto del ranking y los puntos e intento no pensar mucho en como van las cosas. A la larga, cada semana que no juegas son puntos que pierdes y que no sumas, y al final estás regalando semanas y es un poco mas complicado para el número uno», expresó Nadal en el programa 'El Transistor' de Onda Cero.
Ilusión por la Davis
Ahora, el balear está «con ilusión» de cara a volver a jugar en la Copa Davis. «Físicamente espero responder. Desde el año pasado en Shanghai llevo cinco meses complicados y cuando me había recuperado de la rodilla me rompí el psoas ilíaco en una buena oportunidad en cuartos de Australia y en Acapulco lo mismo», lamentó.
Nadal reconoció que «sí» le gustaría haber jugado con «menos dolor» a cambio de algún 'Grand Slam' y que convive «con los dolores», aunque tiene claro que no es «el único». «Pero creo que soy de mis rivales el que más partidos me he perdido por lesión», apuntó. «Son muchos los eventos en los que no he podido competir y las oportunidades que van pasando ahí se quedan», remarcó.
«Mi gran sueño es ser feliz y para serlo lo más importante es tener salud, general, no romperse el psoas, y que la tenga la gente de al lado. Ojalá pueda jugar al tenis el máximo tiempo posible», aseveró el tenista español.
Para el de Manacor, en su deporte ser el número «es un 'ABC'». «Sí que llegan los mejores. En el fútbol quiero creer que también, pero dependes de un entrenador que te ponga o que el equipo se adapte a tu estilo, mientras que en el tenis es uno contra uno, no hay especulación y hay un ranking», confesó.
«Lo primero que hay que saber es que un Federer o un Djokovic han trabajado mucho para llegar donde han llegado, pero hay que tener en cuenta que nacen con un don especial. Soy de la opinión que para ser un superdestacado en cualquier cosa hay que tener un don», añadió, dejando claro que para destacar en un deporte es «más fácil» si uno empieza de joven como fue su caso.
Además, Nadal aclaró que «padres no pueden hacer sentir a su hijo una presión». «En mi caso tuve la suerte de que los míos nunca se metieron en nada», comentó. «Si la decepción es muy grande para los padres, se convierte en muy grande para los niños. Hay que intentar dar el máximo y esforzarte, y es importante tener a tu lado a gente que sepa de que va esta historia», admitió.
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