Persona temperamental, Escudero relata que la discusión vino como resultado del ninguneo de que había sido objeto por parte de Gardés y del vicepresidente, Emilio Mondéjar, cuando había solicitado el libro de actas. Escudero quería comprobar si era cierto que debía participar al menos en 10 carreras anuales para poder mantener las dos cuadras y una cochera con las que cuenta en el hipódromo. «Primero me dijo que no encontraban el libro y luego que lo tenía el vicepresidente, Mondéjar, al que califiqué de fascista por su actitud cuando fui a reclamárselo a su casa», relata Escudero, convencido de que el expresidente y algunos miembros de su junta «querían quitarme las cuadras para quedárselas ellos además de tildarme de loco».
El veterano socio está convencido que Gardés y alguno de sus compañeros de junta realizaban la programación de las carreras para beneficiar a sus caballos «porque no nos informaban a los demás hasta una semana antes y así ellos podían preparar a sus monturas con más tiempo para ganarlas». Este hecho ha influido para que Escudero haya ido reduciendo su participación en las carreras aunque asegura que «he cumplido con las diez anuales que, según ellos, son obligatorias para mantener las cuadras». Escudero es copropietario de un caballo que compite a su nombre pero que no le ocasiona gastos ni beneficios, admite él mismo.
El veterano socio califica la gestión de Gardés como «pésima porque ha demostrado que no sirve» y se pregunta «¿cómo a 30 de julio de 2013 aún no había presentado las cuentas del 2012 o ha tomado decisiones sin consultar a los socios?, algo habrá cuando el nuevo presidente dice ahora que dará a conocer la programación anual en el primer trimestre y que consultará las decisiones con los socios».
Escudero desliza, además, que el expresidente «infiltra a sus caballos cuando llegan las carreras que tienen premios más elevados, no sé si eso es doping o no; yo no sé si es legal pero llama la atención que cuando los premios son de menor cuantía las velocidades de los caballos de algunos miembros de la junta son más bajas que cuando los premios son altos. Sabemos lo que hacen para conseguirlo pero no tengo pruebas».
El veterano socio asegura que otros muchos miembros de la SHANB conocen el mal funcionamiento de hipódromo a partir de la gestión del expresidente «pero cuando llega la hora de la verdad no se atreven a denunciarlo y yo ya estoy cansado y por eso lo hago. Solo he reclamado mis derechos como socio», concluye.
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