Menorca se ganó el cariño de la afición local a las primeras de cambio. A la expedición naranja y azul le bastó la ceremonia inicial para ganarse a la gente de Wight, que seguro que desde ayer ya tienen una segunda selección favorita.
Los menorquines y menorquinas sazonaron con las canciones típicas de fiesta como 'Un senyor damunt un ruc' o 'Volem vi', entre otras, un desfile por las calles de Ryde en el que marcharon una serie de performances que explicaban la historia de la isla de Wight.
Los menorquines, con su desparpajo habitual, protagonizaron los momentos más divertidos, como cuando un español surgió de la nada y animó a la expedición a "machacar a los ingleses", para ser vitoreado luego tras corresponder con agua al tradicional "aigu, aigu".
Tras el desfile, que si se retrasó fue porque los menorquines eran solicitados por doquier, hubo la ceremonia oficial, en la que la joven María Mascaró fue la encargada de depositar el agua traída desde la playa de Son Bou y aderezada con unas gotas de ginebra en un recipiente junto con el agua traída por el resto de islas.
Fue una tarde dura para los deportistas, que desde las 16 horas esperaron de pie en una calle de Ryde a que empezara el desfile. La gente de la localidad respondió con creces y no cesó de aplaudir.
Los menorquines ofrecieron su mejor versión entonando himnos al unísono y cortando el desfile con el clásico "segui, segui, segui...". Además, deportistas y técnicos repartieron entre los más pequeños regalos como gorras, aplaudidores y pins conmemorativos, arrancando más de una sonrisa.
Muy satisfechos
Los menorquines, visiblemente cansados, acabaron la tarde muy contentos con la experiencia y cargados de recuerdos audiovisuales.
El más feliz de todos fue Paco Allès, que explicaba "me han sacado más fotos que a Kim Basinger", con una sonrisa enorme y sin soltar la enseña menorquina. Satisfacción y alegría antes de empezar la competición.
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