La historia reciente de la selección no puede entenderse sin los duelos, cada vez más cargados de tensión, ante Francia. Dos de las grandes potencias europeas que, en esta oportunidad, buscarán acercarse a unas medallas que los de Scariolo defienden y que persiguen de nuevo los hombres de Vincent Collet, apoyados en su calidad y fortaleza física como armas para detener a un rival al que conocen casi a la perfección. No en vano, se han enfrentado España y Francia hasta en ocho ocasiones en los últimos siete grandes torneos internacionales.
Desde los pasados Juegos de Londres, en todas las principales citas se ha acabado dando un España-Francia en los cruces. En 2012, precisamente en cuartos, Rudy y compañía liquidaron a los galos (66-59) para meterse en semifinales. Un año después, en el Europeo, Francia se tomó la revancha (72-75), asaltando el Palacio de los Deportes de Madrid en 2014, en la Copa del Mundo que organizaba España, al imponerse en un eléctrico cruce de cuartos (52-65).
Los de Scariolo les devolvieron el golpe el pasado año, en el Europeo, cuando los futuros campeones superaron a los anfitriones (80-75) en el que es último precedente oficial antes de volver a verse las caras en unos Juegos. Cuatro años después y en idéntico escenario.
Inmersa en el grupo de Estados Unidos y con un ajustado balance a su favor (3-2), Francia cumplió ante Venezuela y China, sufriendo para vencer a la poderosa Serbia. Australia no les dio opciones y ante Estados Unidos acariciaron la campanada (100-97).
El espíritu colectivo y la buena imagen y trabajo ofrecidos ante Lituania y Argentina son las armas de una España que chocará con un equipo físico y talentoso. Batum, Parker, De Colo, Pietrus, Diot, Diaw, Gelabale, Gobert, Lauvergne... la rotación francesa es extensa y tocará apretar los dientes para superar este obstáculo y, si no hay sorpresas, desafiar a Estados Unidos antes de tiempo, en una semifinal que a España le sabe a final anticipada tras pasar a cuartos con sufrimiento (3-2) y tirando de orgullo en los dos últimos encuentros. A cuarenta minutos, todo es posible, y más en un duelo que promete emociones fuertes y la intención de saldar cuentas pendientes por parte de ambos bandos.
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