ADN menorquín, en la selección olímpica española de 3x3

No en vano, la baloncestista proviene de familia que en su momento radicó (y parte de ella aun radica) en Menorca, puesto que su padre, Julio, y sus tíos vivieron y crecieron en Maó a raíz del traslado a la ciudad de su padre, y abuelo de Gracia, José Alonso de Armiño, para desempeñar su ocupación laboral en la desaparecida Aviaco, compañía aérea de la que fue durante muchos años delegado, y por lo que aún todavía es recordado en la Isla, según nos explican sus hijos Julio y Guillermo, padre y tío de la jugadora.

Gracia, que además de dedicarse al basket es enfermera, ha jugado durante el curso 2023-24 en el Estudiantes, en Liga Femenina, al que retornó hace un año tras su paso por el Araski AES vitoriano y el Casademont Zaragoza.

Con antelación, tras formarse en las categorías menores del basket vasco (empezó a los seis años de edad en el Berrio Otxoa), a los diecisiete, en 2009, emigró a Estados Unidos, donde esta vizcaína con pasado menorquín completó el bachillerato, en el West High School de Knosville, y cursó después sus estudios de enfermería, en la Universidad de Freed-Hardeman, ambos centros en el estado de Tennesse, y compaginó aulas y canastas.

Tras su periplo americano, Gracia Alonso de Armiño retornó al baloncesto español, producto de su acuerdo con el Gernika, que motivó su debut en la máxima categoría del baloncesto español, en la campaña 2016-17.

Cabe significar de Gracia, además de que es una jugadora totalmente afianzada en la elite del baloncesto de nuestro país, que su papel en la clasificación de España para los JJOO de París, no es que fuera relevante, sino totalmente determinante, en tanto que fue la autora de la canasta, de espaldas e inverosímil, que resolvió la victoria con que la selección selló el billete para la capital francesa, hace dos meses en el Preolímpico que se disputó en la húngara Debrecen, en la cita clave contra Canadá.

Ya en París, el estreno de España, en la que es su primera incursión en 3x3 (la disciplina se incorporó al programa olímpico en Tokyo 2020) no ha podido ser más productivo, con el triunfo ante Azerbayán en el partido inicial (al cierre de este artículo, anoche, España encaraba su segundo duelo en los Juegos, contra la anfitriona Francia).

En cuanto a la vinculación directa que ha tenido y mantenido Gracia con la Isla –ya su nombre, nos dice su padre, es «por la Virgen de Gracia, patrona de Maó», el revisar la misma nos traslada, inexorablemente, a Punta Prima, urbanización del sur-sureste menorquín perteneciente al municipio de Sant Lluís (aunque lugar de veraneo eminentemente mahonés), donde su abuelo, José ‘de Aviaco’, adquirió casa, y discurrieron muchos de los veranos de la ahora jugadora internacional (quien por cierto, anduvo cerca de morir siendo niña, «estuvo en Son Dureta, en la UCI, pero la Virgen de Gracia, a la que rezamos, la salvó», abunda su progenitor.).

Fija

Y según relata su hermana Marina, quien también es nacida en Bilbao, vive en Maó y es enfermera como ella, la baloncestista del combinado español 3x3 es una «fija» del verano menorquín desde que vino al mundo, costumbre que no ha alterado cuando ya supera los treinta años. Incluso hizo unas prácticas en el Hospital Mateu Orfila, «pero nunca ha vivido en Menorca, salvo en vacaciones», precisa la hermana. De hecho, el hogar de la internacional fue Euskadi hasta que emprendió rumbo a Estados Unidos, que dio paso a su posterior trayecto en el baloncesto español.

Gracia Alonso de Armiño, pasado menorquín en el combinado español de 3x3 femenino que disputa los JJOO de París.