Joaquín Ramos Marcos, junto a Serra Ferrer en la final de la Copa del Rey de 1991.

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El arbitraje y el fútbol español en general está de luto tras conocerse la noticia del fallecimiento a los 78 años del carismático excolegiado salmantino Joaquín Ramos Marcos, quien tras su retirada, en diciembre de 1992, trabajó durante años en distintos medios de comunicación como analista arbitral y comentarista.

Nacido el 23 de marzo de 1946, amante del fútbol, empezó como jugador en equipos salmantinos, pero por una lesión, cuando militaba en el CD Peñaranda, vio truncada su carrera, lo que no le apartó de este deporte y optó por hacerlo a través del arbitraje.

No paró de progresar hasta que debutó en la máxima categoría el 22 de septiembre de 1979 en un Espanyol-Zaragoza (2-0) disputado en Sarriá y dirigió el 12 de diciembre de 1992, nada menos que 22 años después, su último encuentro en otro estadio mítico del fútbol español, Atocha, un Real Sociedad-Sevilla (1-0).

En total, desde categorías inferiores casi 200 encuentros dirigidos, incluidas tres finales de la Copa del Rey (la última de ellas la que enfrentó al Mallorca y al Atlético de Madrid en el Bernabéu en 1991), clásicos, derbis y partidos de máxima rivalidad. Se convirtió en uno de los colegiados españoles de referencia y alcanzó la internacionalidad. Recibió el Trofeo Guruceta al mejor árbitro de la Liga en las campañas 1988-89 y 1989-90.

Tras poner fin a su dilatada carrera en activo continuó su relación con el fútbol a través de los medios de comunicación, en la Cadena Ser, para dar el salto a las televisiones en programas como El día después y El tercer tiempo de Canal +, Punto Pelota de Intereconomía y El Chiringuito de Jugones de Mega, en los que demostró el carisma que había desplegado por los terrenos de juego explicando las acciones de los partidos con claridad y buen humor, e incluso sin rechazar momentos y situaciones polémicas.