La gallega, ahora delegada del Mercadal femenino, pese a disfrutar de su retiro, no olvida su maestría con el balón | Josep Bagur Gomila

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La semana pasada la de cada vez más extensa familia del Atlético Mercadal-Menorca Futsal sacó músculo con la presentación de las plantillas que este curso defienden sus colores, en su décimo aniversario. Y entre los rostros que saltaron a la pista del polideportivo mercadalenc, uno que es un lujo, un privilegio, tenerlo en Es Mercadal y en la Isla: Ana Silva (A Coruña, 1971), residente en Menorca desde hace 15 años, ahora delegada del primer equipo femenino y sí, historia viva del futsal español femenino, ya que esta gallega fue una fija en la Selección Española absoluta durante años –como una de las pioneras de este deporte en el país– además de ser una de las figuras del potente Sal Lence, equipo que marcó una época en España en el arranque de este deporte. La ex internacional, a sus 53 años, y que llegó a jugar a lo último en el Sporting de Mahón, se retiró joven de las pistas y ahora, desde su experiencia y conocimientos, intenta aportar su granito de arena en el Mercadal.

Si bien a Manolo Pérez Belda le encantaría que Silva todavía jugara, la coruñesa tiene claro que su labor ahora está en la banda. Ella misma nos explicaba este lunes al mediodía en «Es Diari» que ahora llevaba, «un tiempo alejada del futsal y el Mercadal esta haciendo una gran labor por este deporte en Menorca», exclama, recalcando la excomponente del mítico Sal Lence que este año 2024-25, «tenemos bastantes chicas, de tecnificación, equipo B y el equipo A. El tema que en el A tenemos buena plantilla pero corta, necesitamos refuerzos pero el handicap de la Isla es que hay pocas jugadoras para fichar, necesitamos fichajes de fuera», narra Silva, orgullosa del Mercadal. «El club esta trabajando y en mi caso, como delegada, estoy muy cómoda, tenemos grandes jugadoras veteranas y jóvenes y en ese aspecto muy contenta, un grupo bonito». Sin embargo, añade, «siempre hay cosas a mejorar y estamos en ello; queremos una plantilla competitiva, al igual que los entrenamientos sean de calidad». La ex internacional, pese a haber vivido en lo más alto del fútbol sala femenino, habla las mil maravillas de su estancia en el club mercadalenc de la categoría autonómica. «El proyecto es bonito y difícil a la vez, hay mucho trabajo que no se ve pero que se está haciendo, por lo que el presente está y estamos en la lucha del objetivo, que es ascender. ¿El futuro? Ya se verá, pero puedo decir que hay buenos cimientos», vaticina en pleno retiro deportivo. Amante de este deporte, a Silva le encantaría, «que hubiera más equipos en Menorca pero hay que adaptarse a las circunstancias. Hay un proyecto para ir a los colegios para acercar este deporte tan maravilloso a niñas y niños, que son el futuro», advierte.

Una Ana Silva que, en el plano puramente individual y como delegada del Mercadal, «en lo personal lo que puedo aportar yo, siendo humilde, pues es mi experiencia como jugadora, aunque el futsal ha cambiado mucho al de mi época», dice en voz alta para este diario, insistiendo en los retos del Mercadal de ir hacia arriba. «Hay un objetivo pero el día a día hay que disfrutarlo. Mi lema es que en todo lo que hagas en la vida, hay que disfrutar del camino. Aúpa Mercadal».

Orgullosa de ser una ‘culpable’

Silva, conocida en su momento como la Maradona del fútbol sala femenino, está orgullosa y feliz de ver cómo ha crecido este deporte en España, siendo ella una de las muchas ‘culpables’. «El futsal era nuestra vida, el día a día, aunque evidentemente eran otros tiempos. Tengo envidia sana ahora de ver cómo ha crecido y aumentado, con muchos más recursos», señala en voz alta, «orgullosa de que nosotras empezáramos este bonito camino en España, pese a que la manera de jugar y concepción ha cambiado bastante», zanja Silva, que no descarta ser entrenadora.

El apunte

De las pioneras en el futsal español

La exjugadora gallega formó parte del mítico Sal Lence, uno de los equipos pioneros en España en el fútbol sala femenino y fue una fija con la Selección Española absoluta. Sería con aquella mítica entidad cuando la temporada 1995-96, Silva lograría el último gran éxito con una escuadra histórica.