Lo estuvo Julián Álvarez, titular desde el inicio como nueve de referencia, con poco peso en el juego del equipo. Con pocas intervenciones desequilibrantes de las que se esperan de él. Pasada la media hora de la segunda parte fue cambiado por Sorloth. Álvarez fue de menos a más, pero necesita tiempo. Sigue en proceso de adaptación. Despistado saltó al tapete Rodrigo de Paul, responsable del error que dio lugar al 0-1. Sólo se llevaban 4 minutos y el público se ubicaba aún en las localidades tras una tarde que tornó desapacible y lluviosa en la capital de España. De Paul perdió un balón en el semicírculo del área de Jan Oblak y de ello se aprovechó Benjamín Sesko.
El delantero esloveno, compañero del cancerbero atlético en la selección de su país, se recorrió con una zancada impresionante unos 70 metros del verde hasta plantarse en el área rival. Allí cedió el esférico a Openda, que erró en el disparo y el rechace del guardameta volvió a la cabeza del punta, que estableció el 0-1. Todo un jarro de agua fría inesperado que sorprendió a Simeone y envalentonó al Leipzig, en el que debutó como titular Arthur Vermeeren, cedido por el Atlético al equipo alemán, seguramente con la pretensión de su técnico, Marco Rose, de impulsar su amor propio para demostrar que el Atlético no acertó en su descarte. Vermeeren está por hacer. Su paso por el Metropolitano fue irrelevante. En el minuto 60 fue sustituido y despedido con una ovación.
Con el tanto a favor, el Leizpig afianzó su plan. Orden atrás y balones al gigante Sesko (195 centímetros de altura), e hizo sufrir al Atlético. Evitó Reinildo el posible segundo tanto en otra muy buena incursión del delantero, que sembró el desasosiego en la grada con el paso de los minutos.
Según se fue entonando Correa, fue apareciendo el Atlético. Primero Julián Alvarez, con un taconazo tras un saque de esquina, y después Griezmann, tras una bonita combinación con Riquelme y De Paul, pudieron empatar. También lo pudo hacer Correa, con un balón al palo, hasta que lo logró Antoine Griezmann. Desde muy cerca del punto de penalti enganchó un centro de Llorente desde la derecha. Era el minuto 28 y el Atlético estaba despertando.
Los de Simeone agarraron la posesión en el segundo acto, espoleados por una fervorosa afición, mientras que Leipzig no tenía prisa, pero sí ambición. Bien pertrechado atrás, no renunció a la victoria y provocó siempre un partido incómodo para el Atlético con un fútbol pausado e inteligente cuando le tocó poseer el balón. Agitó Simeone el banquillo. Salieron Sorloth, Gallagher y Lino, y adelantó la posición de Llorente al centro del campo con la entrada de Molina por Correa. Griezmann comenzó a asociarse con Gallagher y Sorloth esperaba su ocasión.
Avisó Poulsen con un cabezazo que se fue muy cerca del poste izquierdo de Oblak (minuto 77) y la tensión iba en aumento. Cabeceó Sorltoh un balón en el que ya se cantaba gol y surgió Giménez de repente en el minuto 90 para meterla en la red rival con la testa tras un pase perfecto de Griezmann. Gol, explosión en el estadio, victoria y tres puntos muy importantes para el Atlético en su gran reto un año más. La champions es una obsesión, gritaba la afición.
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