Martina, en Bacelona, junto al jugador azulgrana, Yamine Yamal.

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El punto de inflexión, ir convocada con la Selecció Balear Sub12 para el Campeonato de España, en Madrid, donde hizo un gran torneo e incluso siendo portera logró marcar un gol contra Asturias. Tiempo después de este gran Nacional bajo los palos de Balears, los padres de Martina Pecharromán Castro (Maó, 2011)– portera de doce años de la UD Seislán infantil– recibían la llamada más impensable y soñada del FC Barcelona, «diciendo que tenían interés en ella pero que era muy pequeña todavía y si nos importaba que la siguieran», señalan sus padres a «Es Diari», reconociendo que «al principio pensamos que era una broma, hasta que nos volvieron a llamar para entrenar en La Masia».

Tras un viaje familiar a Chile y que retrasó la prueba de Martina con el Barça– pese a que aprovechó para entrenar con el mítico club chileno Colo Colo junto a su hermano y primo– a la vuelta, el FC Barcelona les ofreció a los padres una invitación para estar en La Masia durante una primera semana, «para probarla, que iniciara su adaptación y que Martina tomara contacto con las instalaciones y la forma de vida allí», explican en su casa, aún aturdidos por todo lo sucedido. «Me hizo una ilusión enorme cuando me lo dijeron; yo no lo sabía pero mis entrenadores y mi familia sí», exclama la portera del Municipal de San Carlos.

Martina, en el Municipal de San Carlos, con la coordinadora de la Unión, Irene Olives.

Martina tomó un avión con sus padres y hacia Barcelona, dirección La Masia, casi nada. «Al principio todo son nervios, todo es nuevo y tienes estrellas alrededor conviviendo contigo, como Lamine Yamal o Dabone, que era mi compañero de mesa», nos cuenta Martina, siempre con sus padres al lado y narrándonos su experiencia azulgrana: «Allí nadie es más o menos que otro, todos compartimos rutinas: desayuno a las 7:00, después a clases, a las 14:30 se come, estudio y deberes hasta las 17:30, que se entrena. Luego gimnasio y ‘fisio’, ducha, cena, hora libre y a dormir», cuenta, alucinada con lo que se cuece en la ciudad deportiva barcelonista.

Precisamente los días en los que la de Maó estuvo en ‘Can Barça’ y tras un par de entrenamientos, la convocaron para jugar ante el ID2 National Selection sub 15 (selección USA), en Montanyà, de césped natural. «Tuve la suerte de estrenarme con el Barça, lo que me llena de orgullo porque la verdad es que es algo que no es fácil de conseguir».

Orgullosa de la UD Mahón

«Yo soy de la Unión», exclama. «De todas formas, no puedo negar que ahora me gusta el Barça», bromea, mientras su familia la mantiene, «con los pies en el suelo y de momento que siga soñando. No ha conseguido nada aunque vaya cumpliendo etapas y le toca sudar cada entrenamiento y convocatoria; sigue siendo jugadora de la Unión», asevera su padre, con su hija atenta y asintiendo ante las palabras de su progenitor. «Claro que sueño, y si todo lo que estoy viviendo lo es, no quiero despertar. Sueño sobre todo con ganar un Mundial con la selección y títulos grandes y pequeños con mi equipo. Quiero ganarlo todo», exclama ella. «Me comentan que siga trabajando porque pronto nos veremos de nuevo», señala esta portera que tras estar en otros clubes, recaló en Sant Lluís. «Me decidí de guardameta porque no me pasaban el balón», bromea.

«Diríamos que a Martina le gusta el fútbol desde que vio a su hermano Manuel jugando a la Play y como no le dejábamos jugar porque era pequeña, empezó a jugar de verdad con la pelota, con su abuelo, que le hizo un campo de fútbol en su casa y entrenaba con ella todos los días», recuerdan sus padres. «Está encantada con su equipo, que es una piña, y de sus entrenadores, Sito y Víctor», narra de una Martina cuya madre jugó a fútbol en su Chile natal y también aquí.

El apunte

En manos de Florencio Conde y de la ‘Escola’

«Estoy bien en colocación y juego de pies– aprendí mucho de Irene y Aaron)– y gracias a la Escola de Porters Menorca he mejorado mi nivel en otros aspectos, como el achique de espacios, juego aéreo o posicionamiento», dice. También ha seguido mucho los consejos de Florencio Conde en los entrenamientos de verano, enseñándole a la colocación de la barrera o defender un saque de esquina. «Y sí, lo mucho que se aprende jugando en el patio del colegio todos los días, con los de tu clase y más mayores», subraya.