Mientras apura el poco tiempo de descanso que le resta, en tanto que el propio jugador se encargará, en fechas próximas, de avanzar y acelerar su preparación, puesto que el fútbol profesional actual exige llegar «a punto» a la pretemporada, conversamos con él para analizar lo que ha destacado como una temporada «histórica» y abordar sus planes de futuro, que, según desvela el propio Rubén en estas páginas, apuntan a mantenerle en órbita extranjera.
«Nos hemos enfrentado a rivales de mucha entidad, como el AEK Atenas, el Panathinaikos, Olympiakos, que ahora acaba de ganar la Conference League con Mendilibar, lo que indica el nivel y competitividad que tiene esta liga», revisa en primer lugar el excanterano de UD Mahón y Barça al ser cuestionado por como ha sido, a nivel deportivo, convivir en una liga de corto recorrido con los cinco mejores equipos del campeonato, formato por medio del que se decide el título griego.
El PAS Lamia finalizó en sexto lugar en dicho contexto competitivo. Pero ha sido el mero hecho de estar ahí, de poder alcanzar tamaña cumbre, lo que sobresale como un auténtico éxito para este club alojado en la capital del Ftiótide, en la Grecia central, una ciudad que apenas supera los 45.000 habitantes. Y más en función del precedente más cercano, la temporada previa, en que el equipo residió en una zona de la clasificación radicalmente inversa a la de la pugna por el título.
«Lo cierto es que estoy contento con la temporada que hemos hecho, más de donde veníamos, y también porque hemos podido competir y disfrutar, hemos jugado en estadios importantes, con mucho público, con ambientes muy chulos… ha sido una gran experiencia», revisa Rubén Martínez. Llegado a Grecia y al Lamia en el preámbulo de la Navidad de 2022, el jugador mahonés acumula por tanto año y medio en el país que dio origen a la cultura occidental, lo que ha deparado dos temporadas, cuyo desarrollo y desenlace han sido opuestos. Así lo admite Rubén.
«En este año y medio he jugado 51 partidos y metido nueve goles, creo que para un extremo son buenos números. El año pasado el objetivo era la salvación y en este, pues hemos hecho historia metiéndonos entre los seis primeros», observa.
Y no le falta razón ninguna cuando recuerda que «si eso me lo dicen cuando era un niño y jugaba en la Unión, sencillamente me habría parecido impensable». «Estoy muy contento por todo lo que se ha ido consiguiendo estos años, desde estar en Segunda, luego en el extranjero... una ‘pasada'», apostilla el exfutbolista, entre otros muchos equipos, de Logroñés, Albacete, Celta, Lorca y Sant Andreu.
Peaje
No obstante, su sobresaliente vida en lo deportivo exige un peaje en lo humano, en lo personal y en lo familiar, como es el residir a tantos kilómetros de casa, de su gente. Rubén, que marchó a tierras helénicas con su mujer y su vástago, entiende que «sí» compensa, pero deja claro que el que mejor se ha adaptado «es nuestro hijo, nos lo pone fácil, pero es cierto que va a empezar Primaria y todavía no tenemos decidido qué haremos».
«Es probable que estemos un año más en el extranjero, pero también vamos cumpliendo años y están las ganas de volver a casa... pero seguramente estaremos otro año fuera, aunque aún no sabemos donde», prosigue el jugador de Maó, cuya respuesta, en ese sentido, plantea otra cuestión. ¿Cumplir una tercera temporada en Lamia, es una opción?
«Sí, es una opción. De hecho estamos hablando, y estoy contento, pues ha salido una buena temporada», detalla el jugador, que no obstante, tiene otras opciones sobre la mesa, «lo que es de agradecer, pues no es fácil, con 34 años, que haya equipos que se interesen, pero lo que también significa que estás haciendo las cosas bien, aunque hay un trabajo detrás, trato de cuidarme mucho».
Su próximo destino, en cualquier caso, y a más tardar, debería estar, si no decidido, sí orientado dentro de «una semana o diez días», precisa al respecto.
El jugador, que ha convertido el sueño de todo niño al que apasiona el fútbol en su propia realidad, al mirar atrás interpreta como «algo increíble» que un chico surgido de Menorca «esté viviendo» y «consiguiendo todo esto». Sin embargo, su trayectoria, su evolución y su regularidad al máximo nivel no son producto del azar y sí responde a un esmerado mimo y cuidado de su cuerpo y mente.
«Los periodos de descanso cada vez son más cortos para los futbolistas. Personalmente, ya hace algunos años que cuando acabo la temporada desconecto durante diez días, en los que no hago nada de deporte, y a partir de ahí, ya empiezas otra vez. En mi caso, voy a un centro de Barcelona, trabajo la fuerza, miran que esté todo compensado... y antes de la pretemporada ya salgo a correr, incluso haciendo campo, pues hoy en día los equipos no te esperan, ellos ya cuentan con que llegas preparado. En definitiva, la pretemporada son cinco semanas, y si pierdes una o dos por no estar a punto, con tu competencia estás en desventaja», concluye Rubén Martínez, el embajador en Europa del fútbol menorquín, que deja atrás una gran e histórica temporada en Grecia.
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3 comentarios
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Grande Rubo! En España el deporte nacional es la envidia....
hazaña historica.. .1 division de Grecia...
aaaaah, açò són notícies..jo vaig jugar a sa 1a divisió de Cuba i vaig fer pixixi!...no vaig sortir mai pes diari