Lucas Villalonga, a la izquierda, en Old Trafford

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El menorquín Lucas Villalonga (Maó, 1991) es un auténtico apasionado de la Premier League, un sentimiento en el que abundó después de vivir siete años en Reino Unido, entre 2015 y 2022, donde inicialmente se instaló, después de licenciarse en filología inglesa en Barcelona, con el propósito de «mejorar» el idioma y de «conocer» el país.

«El primer año me instalé en Soulbury y luego me trasladé a Brighton, donde estuve seis años», inicia nuestro protagonista, que en ese enclave de la costa sur británica donde empezó su idilio con la Premier.

«Siempre había seguido la liga inglesa, me gustaba aquel Manchester United de Beckham, Scholes, Giggs... también el Liverpool que ganó la Champions de 2005 ante el Milán, después de remontar un 3-0 en la final. Sí, me llamaba la atención el fútbol inglés y además mi llegada a Brighton coincidió con el ascenso del equipo de allí, el Brighton and Hove Albion, a la Premier», revive nuestro protagonista.

MANCHESTER. FUTBOL. Lucas Villalonga, a la izquierda, en Old Trafford y sobre estas líneas, con la elástica del Brighton en el Tottenham Stadium.

Su primera ‘incursión' en el fútbol inglés ocurrió «gracias a una compañera de trabajo, que me propuso ir a un partido». Tal vez «fue casualidad», o tal vez el destino, pero ese primer duelo que presenció en el Falmer Stadium, aún recordado entre la hinchada de las ‘gaviotas' (apodo con el que se conoce al Brighton), concluyó con una histórica victoria por 2-1 «sobre el Manchester United», a la sazón dirigido por José Mourinho. La conexión con la Premier y el fútbol inglés se convertiría desde ese entonces en inquebrantable para el ‘supporter' de Maó.

«Me empezó a interesar el Brighton, seguí yendo a algunos partidos y en 2018 ya era abonado del equipo», sigue Lucas, que además nos ofrece una breve radiografía de la cronología más reciente de un club con más de un siglo de existencia (fue fundado en 1901), si bien nunca ha llegado a desprenderse de la vitola de equipo ascensor.

«Hace once años (el Brighton) estaba en la tercera categoría inglesa y merodeó la bancarrota, pero actualmente cuentan con un proyecto serio; en 2009 Tony Bloom, un jugador profesional de póker que nació allí se hizo con el control del club y se rodeó de gente válida. Incorporan jóvenes jugadores, muchos de ellos sudamericanos y con el fichaje hace cinco años de Graham Potter (ahora entrenador del Chelsea), el equipo empezó a tener un estilo de juego más atractivo. Y el año pasado fueron novenos, su mejor clasificación de siempre», explica Lucas.

Pero además de ser un asiduo a los partidos del Brighton de local, este mahonés que es un habitual ‘caixer' en las fiestas patronales de la Isla y que en su niñez y adolescencia jugó en la Unión y en el Sporting, se ha prodigado en presenciar partidos en varios de los estadios más emblemáticos de la Premier (lo que equivale a decir del mundo), como el Emirates Stadium, hogar del Arsenal, el mítico Old Trafford del United, el Etihad Stadium (del Manchester City), el London Stadium (West Ham United), Stamford Bridge (Chelsea) o el Tottenham Stadium. Entre otros.

«Hay un gran ambiente en todos los campos, también a su alrededor; las gradas son de construcción más vertical que en España, y eso hace que el público esté muy encima de los jugadores», destaca Lucas. Y otra apreciación. «Allí, cuando hay partido, todo el día gira en torno al partido, la gente queda por la mañana, van a comer… es toda una experiencia ir al fútbol en Inglaterra».

Wembley

Aunque en ese sentido, nada comparable a Wembley, donde Lucas acudió para presenciar el partido clasificatorio para la Eurocopa 2020 entre Inglaterra y la República Checa. «Wembley es una experiencia muy ‘heavy', muy diferente a todo. Ves como viven allí el fútbol, su pasión por la selección… ese día había 89.000 personas, aunque también muchos hinchas checos», detalla Lucas.

Asimismo Lucas Villalonga, al que encanta «el estilo, físico, vibrante, intenso y de rápidas transiciones» con el que se juega en las islas británicas, ha degustado unos cuantos partidos significativos. «Esa victoria contra el United nos dio vida. También recuerdo un 3-0 sobre el Tottenham, que le costó el despido a Pochettino, o la victoria en Old Trafford, por 1-2; el Brighton nunca habíamos ganado allí», enumera, a la par que «aplaude», en otro orden, el proceso de destierro del hooliganismo «que ha llevado a término la Premier», así como la globalización que ha advertido el fútbol inglés, en el pasado tan reacio a todo lo proveniente del continente.

«Klopp, Guardiola, Pochettino, Arteta… allí, casi todos los entrenadores son extranjeros y eso tiene una repercusión directa en los equipos, en su modo de interpretar y desarrollar el juego», observa nuestro protagonista, que pone también de relieve «lo bien» que trabajan y negocian en Inglaterra «los derechos de televisión», lo que promueve una competición más abierta y compacta.

«La diferencia entre lo que recibe el campeón y el que juega por no bajar es mínima, no como en España, que casi todo se lo llevan cuatro clubes; y las entradas son más baratas, por 50 libras vas a un partido», concluye Lucas Villalonga, menorquín y gran apasionado de la Premier League.