El colegiado ciutadellenc, esta presente temporada | Itzíar Gómez

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Casi una década después que el también contrastado árbitro de Ciutadella, Joan Canals, ascendiera y ejerciera durante unas temporadas como colegiado asistente en la ya extinta Segunda División B –siendo durante un tiempo el referente insular entre los trencillas–, ahora le ha llegado el turno al joven y prometedor, Víctor Moll, también ciutadellenc, nacido en el año 1996. El Colegio Territorial de Árbitros de la Federació de Futbol de les Illes Balears comunicó el pasado viernes que Víctor Moll Moll (asistente), han ascendido esta temporada 2021/2022 a la categoría de Segunda RFEF, la antigua Segunda B.

Con este ascenso, unido al de Federico Saiz (árbitro) el Comité Balear de la FFIB, presidido por Bartomeu Riera Morro –«y gracias al esfuerzo y dedicación de los propios árbitros y a la preparación de la Escuela de Árbitros–, destacan desde Palma de Mallorca, ha conseguido en las últimas seis temporadas, nueve ascensos a Segunda B, siendo el Comité Balear el tercero de toda España con más ascensos en las dos últimas temporadas, con un total de cinco árbitros ascendidos.

Muy seguro de sí mismo

El árbitro balear con el que va a estar vinculado el asistente menorquín va a ser, Federico J. Saiz de Villares. Víctor Moll no ocultaba este lunes su satisfacción para «Es Diari». El trencilla ciutadellenc reconocía estar, «sinceramente muy contento por el ascenso, tanto el mío, como el de mi compañero, ‘Fede', también muy merecido. La verdad es que no tenía una meta totalmente clara, en relación a qué quería aspirar», señalaba Moll. Sin embargo, su única ambición siempre ha sido «promocionar a lo más alto que pueda y disfrutar de mi pasión, el arbitraje», exclamaba Moll, quien la temporada pasada estuvo en dos cursos a la vez, uno para el ascenso a Tercera División como árbitro principal y el otro a Segunda RFEF, como árbitro asistente específico. El insular admite que ve en su ascenso, «un salto grande en todos los niveles, sobre todo de responsabilidad y exigencia. Y aunque al principio va a ser algo ‘nuevo', me veo más que preparado para lo que viene».

Además, se siente Moll orgulloso de suceder a Joan Canals, su paisano, en esta categoría. «Con todo el respeto que le tengo por lo conseguido y lo trabajado, me considero su sucesor y es un orgullo ser el segundo árbitro de Menorca en conseguirlo», narraba ayer. En el arbitraje menorquín, opinaba, «hay mucho talento, gente joven nutriéndose de veteranos y jóvenes que están ya muy arriba, por lo que creo que nos depara un buen futuro», vaticinaba. ¿Futuro? «Nunca me pongo un techo en lo que hago; soy una persona muy ambiciosa y con tiempo y esfuerzo seguro que llego donde me proponga».