El delantero brasileño del Real Madrid Vinicius Junior abandona lesionado el terreno de juego, durante el partido de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones que Real Madrid y Ajax | Rodrigo Jiménez

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Real Madrid 1-4 Ajax

Real Madrid: Courtois; Carvajal, Varane, Nacho, Reguilón; Casemiro (Valverde, m.88), Kroos, Modric; Lucas Vázquez (Bale, m.29), Vinicius (Marco Asensio, m.35) y Benzema.

Ajax: Onana; Mazraoui (Veltman, m.80), Blind, De Ligt, Tagliafico; Van de Beek, De Jong, Schöne (De Wit, m.73); Ziyech, Tadic y Neres (Dolberg, m.74).

Goles: 0-1, m.7: Ziyech. 0-2, m.18: Neres. 0-3, m.62: Tadic.1-3, m.70: Asensio. 1-4, m.72: Schone.

Árbitro: Felix Brych (GER). Amonestó a Carvajal (30) por el Real Madrid; y a Mazraoui (26) por el Ajax. Expulsó a Nacho en el minuto 92.

Incidencias: encuentro de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 80.000 espectadores, 4.000 de ellos seguidores del Ajax.

El Real Madrid fue eliminado nueve años después en octavos de final de la Liga de Campeones, en la noche más negra del dominador del torneo, remontado por un Ajax exultante que sacó a relucir todos los defectos de un equipo a la deriva, descompuesto, que en seis días se despidió de todo.

Fin a la temporada. A inicios de marzo. La caída sin red de un Real Madrid sin referentes, se recrudeció en su competición fetiche. Se jugó todo a una carta y esta vez perdió. El campeón se descompone. Cayó con estrépito, dilapidó su ventaja de Amsterdam por una profunda depresión que arrasa con todo, incluido con un Solari sentenciado que acelera la construcción de un nuevo proyecto. Nuevo entrenador y reestructuración profunda de la plantilla.

Ausencia total de un líder a la hora de la verdad y con el capitán en la grada por decidir que la vuelta era buen momento para forzar una amarilla. Despropósito total. Ya rozó la debacle en una primera mitad en la que todo lo malo que podía pasar le sucedió a un equipo sin confianza. Una caricatura del campeón. Estrellándose con la madera antes de ser un juguete en manos de cualquiera que pase por el Santiago Bernábeu. Con dos jugadores cayendo lesionados, Lucas Vázquez y Vinicius, castigando la falta de rotación de Solari cuando se jugó todo.

Un proyecto que nació mal desde el inicio, por el inmovilismo de la directiva a cubrir la salida del que era líder absoluto del equipo, Cristiano Ronaldo, y que ha tenido un desplome inesperado. Tres competiciones perdidas en una semana. De los dos clásicos dolorosos por ser un golpe de realidad, al castigo durísimo de un Ajax exultante en su físico que se paseó en el Bernabéu.

Se escuchaban más a 4.000 holandeses en la grada que a 76.000 madridistas. Ni noche de Copa de Europa, ni recibimiento previo, ni nada. El aficionado ve de frente la realidad y acude a un nuevo capítulo de sufrimiento, con poca esperanza en la resurrección. Este año con menos argumentos que nunca para aferrarse al milagro. El Real Madrid más endeble de la última década, con más derrotas.

Pudo tomar aire si el travesaño no hubiese repelido el testarazo de Casemiro nada más alzarse el telón. El Real Madrid salió duro, intimidatorio en el balón dividido, hasta que Kroos expresó lo contrario. Blando, con exceso de confianza, cayó pensando que se señalaría falta y provocó un contragolpe en superioridad que el Ajax interpretó a la perfección. Tadyc leyó la acción y Ziyech superó a Courtois con su disparo colocado. Era el minuto 7 cuando se iniciaba la pesadilla.

Un equipo repleto de campeones de Europa se desplomó. De nuevo en manos de Vinicius y su falta de puntería. Con el nerviosismo castigando el error desde la grada con silbidos. Kroos intentaba sin éxito corregir su error y Varane perdonaba solo. La falta de gol pasaría factura. En la siguiente acción, Tadic firmaba la jugada de su vida, con regate con ruleta incluido, y su pase al espacio lo aprovechaba Neres. Modric llegando tarde, tapando a Carvajal que nadie sabía donde estaba pero seguro que fuera de su sitio.

El campeón tambaleándose, a punto de ser noqueado por un grupo de jóvenes que salieron sin complejos a castigar las debilidades madridistas. Ni un movimiento táctico de Solari. De nuevo la espalda de Carvajal y Neres en esta ocasión perdonaba el tercero picando en exceso el balón a la salida desesperada de Courtois.

Al desconcierto se le sumaba el mal fario. Lucas acariciaba el gol con un disparo al que volaba Onana y se rompía. Una dura entrada de Mazraoui hacía lo propio con Vinicius. Se marchaban con las lágrimas de muchos madridistas que no creían lo que veían, el brasileño tras una carrera repleta de fe y un disparo al lateral de la red. Bale y Marco Asensio debían ser los salvadores.

Aunque el salvador provisional estaba en la portería. Sin defensa alguna que le escudase, Courtois sacaba dos a Ziyech que se exhibía. Sin control alguno, duelo de ida y vuelta, Modric dejaba a Bale la posibilidad de calmar la tormenta. De nuevo el palo frenaba al Real Madrid.

Se miraron a la cara en el descanso y salió encendido en la segunda parte. Solo quedaba el orgullo. Asensio acarició el primero, Benzema chutó arriba la primera y la segunda cerca del poste tras una bicicleta que sentó al defensor. Le ponía de nuevo voluntad el Real Madrid cuando llegaba la acción clave del duelo. Un balón de Reguilón luchado por Mazraoui sobre la línea para el VAR, que acabó con Carvajal superado por un auto pase y el disparo a la escuadra de Tadic.

Tres goles o humillación. Veinte minutos que debían ser de asedio que iniciaba Bale perdonando, antes de que Asensio, de disparo cruzado, alimentase el milagro. La esperanza duraba dos minutos. Lo que tardaba Courtois en teñir de negro su noche comiéndose una falta lateral por dar un paso al frente y reaccionar tarde. El campeón en la lona, eliminado con la peor imagen posible, acabando con Bale, el que debía ser el nuevo líder esta temporada, otra vez cojo y Nacho mostrando la frustración expulsado. Fin del ciclo más glorioso.