El jugador del CE Alaior, sacando músculo de orgullo en el entrenamiento de este pasado viernes en el Municipal de Los Pinos. | Josep Bagur

TW
8

Eric Mercadal (Alaior, 22 años) está de vuelta. Prácticamente un año y medio después de su último partido oficial con el Penya Ciutadella en Tercera División, en la despedida del club de la categoría nacional, el bravo delantero ha regresado a una sesión de entrenamientos, este año en las filas del CE Alaior de la Regional Preferente, donde ha fichado para este curso. Atrás quedan unos 17 largos y duros meses.

Tras muchas y muchas semanas de tratamientos y recuperación que le han mantenido fuera de los terrenos de juego, Eric Mercadal, con la ilusión de un niño y seguro, uno de los jugadores más motivados este año en Regional, ha explicado a «Es Diari» sus vivencias durante una larga enfermedad.

Punto y aparte en San Rafael

Desde el 11 de marzo del 2017 que el 'alaiorenc' se rompió la rodilla contra el Sant Rafel, vistiendo la zamarra del Penya Ciutadella, que no se viste de corto. Eric, entusiasmado por vestir de albinegro– con el club de su pueblo– nos relata cómo y cuándo empezó su particular calvario. «A principios de marzo me encontré en un lado del cuello un ganglio bastante grande y tras varias pruebas, en mayo me confirmaron los malos resultados. La enfermedad era un linfoma de Hodgkin, unos tumores en el sistema linfático», explica Eric, que, echando la vista atrás, reconoce que anteriormente a la lesión y posterior fatal desenlace, «notaba que siempre que jugaba me cansaba más rápido de lo habitual y, de hecho– algo nada normal–, ese año también tuve unas cuantas lesiones musculares. A parte, tenía mucho picor por todo el cuerpo».

Tras los peores presagios para el delantero azulado y su familia, llegaba el momento de afrontar la dura realidad y a finales de mayo Eric Mercadal– con la misma bravura con la que se desenvuelve sobre el césped– empezaba quimioterapia en el Hospital Mateu Orfila. «Me pusieron doce sesiones, hasta principios de noviembre del año pasado», nos señala. Un Eric que siempre recordará «el día que me dieron las malas noticias. Ver a mi familia, mis amigos y amigas, mis compañeros del Penya Ciutadella, todos bastante afectados, fue muy duro. Por eso, desde el primer día sabía que iba a ganar este partido, por ellos y por mí», exclama emocionado.

El Municipal de Los Pinos y el histórico Alaior han acogido con los brazos abiertos a uno de sus hijos pródigos, un regreso a los entrenamientos muy especial para Eric. «Si te digo la verdad, tengo muchas agujetas por todo el cuerpo (risas). Y el aparato– que de momento debo llevar consigo en el cuerpo– me impide hacer algunos ejercicios con balón porque lo llevo encima del pecho derecho», nos admite un Eric que tras todo lo que le ha tocado vivir este último año y medio, mentalmente, «siempre me he visto bastante bien y sinceramente, creo que poco a poco puedo volver a coger ritmo y jugar como más me gustaba», dice, lanzando un mensaje claro de optimismo, a las puertas ya de vestir nuevamente de albinegro tras su paso por el Penya en juveniles y Tercera División.

«Una de las pretemporadas y temporadas más especiales para mí, sin duda, porque un año y medio después poder hacer el deporte que más me gusta... Poca cosa más puedo decir», dice entre risas, advirtiendo que «no sé todavía si podré llegar al primer partido de Copa pero ojalá»., sueña un Eric fuerte mentalmente y siempre seguro de que saldría de esta, sin jamás llegar a pensar en lo peor. «La verdad es que no, siempre he pensado en positivo y lo que me ha pasado me hace valorar mucho más las cosas y desde ahora hacerlas con más ganas», sin llegar a verse un espejo o ejemplo para otros deportistas o personas, también enferma de cierta gravedad. «No, yo solo les diría que tienes que ser muy fuerte de mente y pensar que todo va a salir bien. Tener buena actitud y sobre todo lo que te hace ganar es la gente que tienes cerca y te apoya de manera incondicional», clama, feliz en su regreso a Los Pinos. «Después de siete años me hacía ganas volver a casa, pese a que Penya Ciutadella era como si estuviera en casa, ya que me han tratado de diez y me llevo muchos amigos».

Finalmente, y quizás lo más importante para el 'alaiorenc' desde este diario quiere aprovechar para «agradecer a todas las personas que me han apoyado durante estos meses, que han sido muchas».