Posiciones alejadas. Presidentes y directivos, durante el encuentro del pasado martes. | Javier Coll

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Tras la reunión mantenida al anochecer del pasado martes en la sede de la JIM con la misma, los clubes de Menorca, a pesar de la distancia de posiciones entre una y otra parte, desprenden cierto optimismo de que el apéndice de la Federació Balear -y por elevación el propio órgano matriz- sí atenderá su pretensión de consolidar la figura de un representante único (o en su defecto, una pequeña comisión formada por un par de miembros) que haga las veces de intermediario entre ellos y los estamentos gestores del fútbol local y balear.

A pesar de los argumentos esgrimidos por Virgili Juaneda, presidente de la JIM, y su secretario general, Josep Rivas, de que la referida comisión, así como el anterior precedente que se articuló en ese sentido, que tuvo como primeros rostros a Mario Wolstein y a Damià Torres, resulta un ente «al margen del reglamento federativo, y por tanto ilegal», el presidente del Penya Ciutadella, Xec Pons, y su homónimo en el CD Menorca, Ángel Río, confían en que tarde o temprano la propuesta del colectivo de clubes fructificará. «Si tenemos que reunirnos diez veces, lo haremos, pero lo arreglaremos», observa el dirigente del Penya, junto a Río y Kote Vidal, responsable de la sección de fútbol del CCE Sant Lluís, los más activos de palabra en la cita llevada a cabo en las dependencias federativas el martes anterior.

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