Víctor Pérez ha sorprendido a propios y a extraños con la decisión de dejar el Menorca. | Javier Coll

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A tan solo quince días de que inicie la temporada en Liga Nacional Juvenil, el Menorca ha recibido un duro golpe con la marcha de Víctor Pérez, el técnico incorporado en verano para liderar el proyecto con el que intentar retornar a División de Honor. Su renuncia, desvelada por este diario en su edición de ayer, y que ha supuesto «toda una sorpresa» para el presidente azulgrana, Ángel Río, obliga al Menorca a reaccionar con rapidez. El primer compromiso liguero, ante el Penya Sant Jordi de Eivissa, está fechado para el próximo 6 de septiembre. Es el margen que maneja el club para dar con un reemplazo en su banquillo.

Río, que confía en solucionar la coyuntura en las próximas horas, no comulga sin embargo con las explicaciones vertidas por Pérez en las que argumenta su dimisión. «Para mí fue una sorpresa. Me llamó el pasado domingo por la tarde para decirme que no estaba a gusto, que si no le fluía la información... y la verdad es que no pude entenderle», repasa el presidente azulgrana, que asegura «es incierto» que faltaran flecos por solucionar en el contrato del técnico canario. «No había nada pendiente con el contrato», replica el directivo, que admite «su renuncia supone un problema para nosotros, solo quedan dos semanas para que empiece la liga, pero todo tiene solución».

Mientras el Menorca busca un recambio, el hasta ahora asistente de Pérez -y a la vez responsable de la factoría-, Marcial Pérez, y el preparador físico, Tolo Rosselló, asumen la preparación del equipo. No obstante, este contratiempo, asegua Río, no disminuye la ambición del club ni altera el planteamiento de «buscar el ascenso a División de Honor». «Es nuestro objetivo y la marcha de Pérez no cambia nada», sentencia Río.