El colectivo de Juan Romero hizo, en su situación, todo lo que pudo. Tocado por las lesiones y la cortedad de efectivos, plantó cara con dignidad a sabiendas de que cuando cayera el primer gol, la montaña a superar —grande ya de por sí— sería insalvable. Y así ocurrió. Fue una despedida dolorosa pero honrosa del Menorca.
La cita fue un calco al último choque vivido en casa ante el At. Baleares. El San Francisco, consciente de lo que tenía en juego, salió más enchufado y tras diez minutos igualados, abrió el marcador con un pase de Alex que rubricó Javi en su primera llegada sobre el portal de Fernando.
El Menorca, con varios futbolistas tocados sobre el césped, aguantó la embestida visitante pero no pudo evitar que el marcador se ampliara en un córner rematado por Xesc. En el tramo final de primera parte y tras salvar Marcel y Fernando sobre la línea dos ocasiones rivales, Juanito y Luis pudieron acortar distancias en una misma jugada pero Picó estuvo inspirado.
El arranque de la segunda mitad fue definitivo. Castell hizo el tercero tras una falta que llegó en un balón que tropezó en el árbitro cortando un avance local.
Con todo sentenciado, el San Francisco mantuvo la compostura, no quiso sorpresas, y el Menorca, tirando de orgullo y escasas fuerzas, buscó la recompensa en forma de gol que se le ha negado en las tres últimas jornadas. Pedro y Luis estuvieron cerca pero quien acertó fue Rubén con un golazo a lanzamiento de falta cerrando el adiós en casa menorqunista.
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