Manolo Calero se ha convertido en el enemigo número uno del Collerense, en su particular 'bestia negra' de esta temporada. El futbolista mahonés dio ayer el triunfo al Mercadal en el tiempo de prolongación tras cabecear una falta botada por Clavijo. Calero repitió faena a los palmesanos pues en la ida logró el 1-2 al anotar un penalti en el último minuto del encuentro.
Tercer triunfo consecutivo del Mercadal labrado en un encuentro extraño, abierto y con más goles que fútbol, que lanza a los de Lluís Vidal en busca de algo más que esa sexta plaza momentánea en la tabla. La cita, que pudo ser placentera para los rojiblancos, se convirtió en otra ardua batalla para el Mercadal ante un rival plagado de ausencias pero que no le perdió la cara en momento alguno al partido. Con el tempranero gol de Domi, el once de Vidal estuvo brillante y pudo resolver, pero David Mas lanzó al poste un penalti cometido sobre él mismo. Luego, Donato y ciertas lagunas en defensa, propiciaron la remontada de la escuadra de Espadas, pero el afortunado tanto de Joel permitió a los locales equilibrar el partido y sacarlo adelante en una segunda mitad de más corazón que cabeza fría.
Fulminante
El partido se puso de cara para el Mercadal en su origen. Ivo —referente ofensivo— del Collerense tuvo que retirarse sin haberse cumplido el minuto de juego y Domi abría el marcador tras un centro de Joel. En superioridad, los rojiblancos estuvieron brillantes, abrieron el campo, tuvieron llegada y la posibilidad de no pasar por el mal trago posterior. Lozano derribó a David Mas cuando iba a rematar y el penalti, ejecutado por él mismo, lo ajustó al palo de Rubén (15')'). Fue la clave del choque y que permitió seguir vivo al Collerense que dibujó otro partido tras un penalti innecesario de Pepo (1-1) y una contra posterior malograda por Joel. Donato, un quebradero de cabeza, aprovechó la parsimonia de la zaga para batir a Óscar y colocar el 1-2 neutralizado gracias a Víctor y el postrer tiro de Joel que tocó en un defensa para acabar besando las mallas.
En la segunda mitad, Vidal reordenó el equipo con la entrada de Clavijo y Héctor, pero el primer susto fue visitante con un cabezazo de Donato cerca del poste. Con el paso de los minutos, el Mercadal obligó al rival a dar un paso atrás, encontró por la derecha el punto débil azulón y forzó varias faltas laterales que al final encontraron el objetivo con el cabezazo de Calero, verdugo mallorquín.
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