Un punto más o dos puntos menos. El Penya Ciutadella también salió invicto de Montuïri y acumula siete partidos invicto aunque ayer ese empate quizás le supo a poco porque tuvo ocasiones para lograr el triunfo.
"Vamos chicos, despertad del letargo", gritó una aficionada cuando se llevaba una hora de partido. Resultó una expresión que reflejó el tedio que hasta entonces habían sufrido los ochenta espectadores que se congregaron en Es Revolt y que soportaron un juego excesivamente aéreo y al tun-tun. Ninguno de los dos equipos había hilvanado jugada alguna de mérito hasta entonces, ni tampoco había creado situaciones de gol. Tal vez la única fue la del minuto cinco en que Berto -que cuajó una media hora inicial excelente y de gran movilidad- chutó raso y la pelota salió fuera a dos palmos del palo derecho defendido por Víctor Ross.
Durante una hora y cuarto, tanto Víctor como Jesús -los dos cancerberos- se mostraron inactivos puesto que las delanteras brillaban por su ausencia. A pesar de ello, lo único bueno de un mal partido estaba por llegar, en especial por parte de los visitantes. Fue en el último de cuarto de hora.
En el minuto 77 el portero local Víctor Ross tuvo que lanzarse a los pies de Albert que había recogido un pase largo de un compañero tras un grave error del montuïrer Gurri en el centro del campo. La gran ocasión vino en el minuto 81. Zurbano, a pase del recién incorporado Lluís, estuvo a punto de marcar a dos metros de la línea de gol. Por escaso margen no pudo llegar al centro perfecto. En el 82, Nene -en el primer disparo rojiblanco contra el marco de Jesús, que dicho sea de paso, estuvo prácticamente inactivo- se marchó fuera.
En el minuto 84 se produjo la segunda gran oportunidad del Penya. Se manifestó idéntica a la del minuto 77. Víctor Ross -que salvó a los locales de la derrota- se lanzó de nuevo a los pies del también recién salido Víctor. Los cambios de Dani Mori habían revolucionado al equipo.
Aunque no hubiera sido justo que fructificase, el Montuïri estuvo a punto de marcar. Juanfran se escapó en solitario en el minuto 89 y su fuerte disparo marchó alto. En el tiempo de descuento hubo más corazón que cabeza en ambos contendientes.
La Penya presentó una alineación flexible que se desplegaba en forma de abanico. Presentó a cuatro defensas -Pedro, Barto, José y Tòfol que no tuvieron excesivo trabajo (Ivo estuvo desasistido toda la tarde). En el centro del campo, Albert y Villalonga -que se incorporaban al ataque por los flancos- y por Marcos (el mejor visitante) y Raúl representaban un serio obstáculo que no dejaba subir a los jugadores mallorquines al ataque. En frente, Berto y Zurbano intentaron sentenciar el encuentro, pero no recibieron el premio que hubiera sido el triunfo.
La próxima semana, otro test de peso ante el PD Santa Eulàlia en Ciutadella.
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