Abdicación tras el descanso

En el primer tiempo el cuadro azulgrana supo manejar a su rival, pero en el segundo, una salida en tromba de los visitantes, en apenas diez minutos dejó visto para sentencia el encuentro. El inquense Ricky, que salió en la reanudación, anotó un 'hat trick'.

El Constància salió desde el inicio a por todas presionando arriba al Ferreries. Con rápidas combinaciones, debido a su mejor calidad técnica, mostraba sus intenciones. Los hombres de Andújar -ya en el banquillo tras cumplir sus dos partidos de sanción- esperaban su oportunidad para sorprender en una contra.

Kake, junto a Thiago y Joshua, eran sus mejores armas. La defensa azulgrana estaba muy atenta, y cada incursión inquera finalizaba en fuera de juego. A los 20 minutos, en una llegada local, el árbitro estimó penalti sobre Omar. Lo ejecutó Kake, engañando a Calderón, 1-0, y el partido estaba del lado que más le gustaba al Ferre.

Replicó el Constància con una sutil vaselina desde la frontal a cargo de Nacho, que el larguero repelió evitando el empate. Los de Nico López lograron la igualada al filo de la media hora. Nene rompía el 'off side' y superaba a Mingo. El tanto fue protestado por el banquillo local al entender que el gol era fuera de juego. El segundo técnico, Tonio Barber, fue expulsado a raíz de estas protestas.

El encuentro cambiaba el rumbo que había tomado tras el gol de Kake y así alcanzaba el tiempo de descanso. En la reanudación, en apenas dos minutos, los de Inca liquidaron el partido. En el 50, una mala salida de Mingo, dejó en bandeja el 1-2 a Oller. Sin tiempo para digerir el mazazo, los del Raiguer, anotaron el tercero obra de Ricky que acababa de ingresar en el terreno de juego. El Ferre perdió el norte, tras una buena primera parte, y en el 58 recibió el cuarto, de nuevo obra de Ricky.

Una anécdota, Campoy entró en el terreno de juego en el minuto 61 y fue expulsado en el 63 por una dura entrada. Convendría revisar las estadísticas para ver si hay un caso similar. En el 72, nuevo penalti a favor del Ferreries por zancadilla a López, y nueva transformación de Kake, anotando el 2-4.

¿Había tiempo para soñar con una remontada, con el rival con diez hombres?. El segundo tanto elevó la moral rota de los azulgranas, que se fueron en busca de la hombrada. Pero no hubo milagro porque de nuevo apareció Ricky para establecer el 2-5, firmando el hat trick.

A pesar de la goleada recibida, la afición despidió a los suyos con aplausos, y Ricky pidió el esférico al colegiado por sus tres goles durante el mismo partido, pero en época de crisis, un balón es un balón y no es tiempo de regalos.