Encandilado. Óscar Freire posa en el puerto de Maó, uno de los enclaves de Menorca que más le han impresionado. El ciclista cántabro, en la que es su segunda visita, pone de relieve de la Isla su belleza, accesibilidad, así como «la mentalidad del turismo que hay aquí», indica | Gemma Andreu
De haber nacido en Bélgica se hablaría de él como una leyenda. Al ser español, la etiqueta que se le concede se limita a la de mejor esprinter de la pasada década, un adjetivo que no es menor pero que tal vez no abarque su valía real como corredor y la auténtica importancia de su figura dentro del ciclismo nacional y mundial. Se trata de Óscar Freire Gómez (Torrelavega, 1976), tricampeón mundial de ciclismo en ruta –récord en el que iguala al mítico Eddy Merckx– y también tres veces ganador de la selecta Milán–San Remo entre los otros muchos logros y conquistas que celebró durante una carrera profesional que prolongó entre 1998 y 2012. De vacaciones en la Isla, en compañía de su familia y de su buen amigo local, uno de los iconos del pedal insular y balear como es Arturo Sintes, el ciclista cántabro atiende a Es Diari en una charla que abarca desde detalles de su trayecto a lo que fue su transición a la vida ‘post' profesional, sin omitir referencias a nuestro gran Albert Torres, a una Menorca que le ha encandilado o al Tour de Francia más extraño que se recuerda en su preámbulo a causa de la covid-19. Voz a un ciclista de leyenda.
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