La cita cicloturista concluyó ayer con más de 400 bicis con éxito y sin apenas incidentes lo que incrementó el buen ambiente general tras los 53 kilómetros hacia Cala Morell y regreso, que transcurrieron con más lentitud debido al cansancio acumulado, y solo diez abandonos. La humedad también pasó factura a los ciclistas.
Tras el esfuerzo todos disfrutaron de una fideuà para 600 personas amenizada con música en directo. Sin la exigencia de una competición, la jornada se alargó hasta bien entrada la tarde, tras el retraso sobre el horario previsto.
Hubo palabras de ánimo por parte de la concejal Tico González y el conseller Juanjo Pons para seguir trabajando y disfrutando de este tipo de eventos que atraen a muchos corredores de fuera de la isla -un centenar de la península y quince del extranjero-, además de tres medios de comunicación especializados.
En un tramo de la etapa de ayer participaron 35 niños y niñas , de 6 a 15 años, que realizaron una parada de descanso en Cala Morell donde el profesor del CEIP Pere Casasnovas, Julià López, les explicó cómo se vivía antiguamente en las cuevas mientras los chicos disfrutaron de su belleza. Para uno de ellos, Josep Servera, federado que corrió su segunda BTT, la parada, «ha sido muy agradable, me ha gustado mucho lo que nos ha explicado el profesor». A las 14.00 horas llegaron los primeros bikers adultos. Durante la espera, el presidente de la Federación de Ciclismo de la Illes Balears, Arturo Sintes, destacaba «la buena iniciativa de realizar la etapa para los más jóvenes, que será la base del futuro» haciendo hincapié en que «crea afición y ambiente». Sintes destacó también la explicación cultural en Cala Morell.
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